Mario Casas y Adriana Ugarte pondrán rostro y vida a las intrigas, aventuras y amores prohibidos de Palmeras en la nieve, un drama épico e intimista ambientado en la Guinea colonial, cuyo rodaje arranca el lunes en Gran Canaria. La película, que se presentó en la pasada edición del Festival de Cine de Huesca, está basada en la novela de la aragonesa Luz Gabás. Después de diez semanas en Gran Canaria, el rodaje se trasladará dos semanas a Colombia y tres días a Huesca. El estreno está previsto en diciembre de 2015.

"Grande" fue la palabra que más repitió ayer todo el equipo, capitaneado por Fernando González Molina, en la puesta de largo del rodaje: grande por la cantidad de ingredientes que contiene la novela de Gabás, y grande el proyecto: 10 millones de euros de presupuesto, 70 actores, 250 técnicos y 2.200 extras.

La Finca de Osorio ubicada en el municipio canario de Teror se ha convertido ya en la Finca Sampaka de la isla de Fernando Poo, una plantación de cacao en la que transcurre la trama y que a lo largo de seis semanas y media ha sido reconstruida con máxima fidelidad a la original.

DE LOS AÑOS 50 A HOY En ella se cruzarán pasado y presente, ya que la historia abarca desde los años 50 a la actualidad. Clarence, el personaje de Adriana Ugarte es quien dispara la acción, cuando en Huesca en 2003 descubre una vieja carta y decide viajar tras las huellas de sus antepasados, su tío Killian (Casas) y su padre Jacobo.

"Clarence es un personaje con necesidad de saber y que necesita completarse", explicó la actriz. "Por ello emprende ese viaje iniciático y curativo". Al final aprenderá que "el pasado no se puede cambiar y que las respuestas están en el presente".

Para Mario Casas, la película tiene todo lo que un espectador puede soñar. "Es una historia de raíces, de amor, familiar, de viaje al pasado en Guinea, de aventuras, de acción", aunque eso sí, "lo que cambia a Killian, su motor, es el amor de una mujer guineana que le va a hacer luchar por seguir ahí", reconoció. Su personaje llega a la isla "siendo un niño al que han contado historias paradisiacas, pero poco a poco se va dando cuenta de que no es oro todo lo que reluce".

A cuatro días de empezar a rodar, el equipo aún mantiene mucha discreción sobre los entresijos de la historia y sobre el resto del reparto, en el que también estarán Macarena García o Emilio Gutiérrez Caba.

PROYECTO "IRRESISTIBLE" Para González Molina, experto en adaptaciones literarias como Tres metros sobre el cielo o Tengo ganas de ti, en las que ya trabajó con Casas, este es su reto más complejo. "No quería hacer otra adaptación, pero al ver Palmeras en la nieve no me pude resistir", explicó. Es un proyecto "atractivísimo, que cuenta un viaje completo: de pérdida de inocencia, de amor interracial, de descubrimiento del padre, de pérdida familiar". Y también muy complejo, precisamente por sus dimensiones, el número de actores, el tiempo que abarca y las 800 páginas de novela, por lo que ha habido un ejercicio de "simplificación y concreción" --junto con el guionista Sergio G. Sánchez--, sacrificando tramas y personajes secundarios. "Si no, era imposible", aseguró.

Tanto a él como al productor Adrián Guerra (Nostromo Pictures), la historia les toca además en lo personal, ya que ambos, al igual que la escritora Luz Gabás, tienen antepasados que vivieron en Guinea durante la colonización española.