La exposición Viaje de una generación que se exhibe en el Museo Pablo Serrano de Zaragoza reúne óleos y fotografías, algunas inéditas, de los últimos años del artista aragonés Víctor Mira, un recorrido que muestra la atemporalidad de su obra cuando se cumplen quince años de su muerte.

El museo zaragozano acoge ahora parte de ese legado, que continúa aflorando y planteando nuevos interrogantes a pesar del paso del tiempo, en una muestra que fue inaugurada por el director general de Cultura del Gobierno de Aragón, Nacho Escuín, y el comisario Pepe Navarro. Las obras que se muestran, 23 óleos y 14 fotografías, pertenecen a la última etapa del artista, es decir a su periodo de plena madurez.

Tanto es así que algunas fueron creadas apenas unas horas antes de su muerte, explicó a Efe el comisario Pepe Navarro, para quien esta muestra, que podrá verse hasta el 9 de enero, es «un punto final» en la obra de Víctor Mira (Zaragoza1949-Munich 2003). Una década en la que el artista crea pinturas de grandes dimensiones, repletas de «vida», que transmiten «serenidad», y en las que el color es la nota dominante, afirmó Navarro.

El recorrido está estructurado en cuatro conjuntos y comienza con Moods (2003), la última obra de Mira, compuesta por dos lienzos que acabó el mismo día de su muerte y que nunca hasta ahora había sido mostrada al público. Aquí el artista muestra cuerpos «abandonados a un placentero descanso».

Continúa con El cielo de las mujeres (2001-2003), compuesto por un cartón y un lienzo, que descubre esa doble faceta del Mira, quien fue al mismo tiempo artista plástico y autor teatral. La obra se estrenó el 28 de agosto de 2004 en el Guggenheim de Berlín; a España llegó un año más tarde. El lienzo que se muestra en este conjunto se quemó parcialmente el día 18 de noviembre de 2003 en el taller de Víctor Mira en la localidad alemana de Breitbrunn, una horas antes de su muerte.

La muestra sigue con La Última cena, que incluye un políptico de grandes dimensiones, de 16 metros compuesto por 13 óleos. En el centro se sitúa la figura de Jesús que grita de dolor y que no deja de ser un autorretraro del propio Víctor Mira, indicó.

Por último, Los Golpeados muestra doce fotografías manipuladas en blanco y negro, con el retrato de artistas del siglo XX, desde Marilyn Monroe, James Joyce o George Orwell, cuyas cabezas aparecen amarradas a una cadena.

En definitiva, se trata de una exposición que supone un «redescubrimiento» de la obra de Víctor Mira y que evidencia que «siempre hay un último baúl secreto» y, sobre todo, una «poética compleja» pero al mismo tiempo «cercana e íntima que ayuda a comprender el sufrimiento y la intimidad del autor», concluyó Escuín.