La gran tríada de la filosofía alemana, Kant, Schopenhauer, Nietzsche, tuvo un triste epígono en el descalabrado final de este último. Los años postreros de Nietzsche fueron dignos de compasión. Con pésima salud, enloquecido, encerrado en hospitales de salud mental, solo y abandonado de todos, excepto de su hermana Elisabeth, ya empeñada en manipular su obra, edulcorándola de los aspectos menos convencionales, el filósofo agonizó de manera inhumana hasta su muerte.

Su vida, sin embargo, fue muy activa e interesante. Tanto que ha inspirado diversos estudios de toda índole, novelas y versiones cinematográficas.

La última aportación que llega a mis manos es ¡Soy dinamita! Una vida de Nietzsche, de Sue Prideaux (Ariel). Se trata de una biografía de Nietzsche bien planteada y escrita, tan revulsiva, provocadora y amena como algunos de los textos del biografiado.

La formación del futuro filósofo ocupa buena parte del estudio. Conoceremos en profundidad a la familia Nietzsche, al padre, Karl Ludwig, pastor luterano, y a la madre, Franziska. Una familia golpeada por la temprana muerte del progenitor y de uno de los hermanos y obligada a salir adelante con esfuerzo. Nietzsche orientó sus estudios hacia la filología, donde pronto destacó como un superdotado.

Su primera obra, de hecho, El nacimiento de la tragedia, obedecía más al concepto del filólogo que a los razonamientos de un filósofo nuevo y revolucionario que, no obstante, ya descollaba en él, así como el incipiente músico que llevaba dentro.

Su amor a la música y su obsesión por el origen de la cultura alemana le permitieron conocer a Cosima y a Richard Wager, con quienes el joven Nietzsche establecería una profunda amistad. Wagner, en plena composición de sus grandes óperas, llegaría a ser como un padre para él, y Cosima, hija de Listz, la gran dama de los festivales de Bayreuth, su confidente.

Nietzsche pasó largas temporadas en su casa, enriqueciéndose con sus conocimientos y haciéndoles, a su vez, partícipes de sus teorías, como la división del mundo entre lo apolíneo y lo donisiaco, o la religión del superhombre.

La aparición en su vida de Lou Andreas-Salomé, auténtica femme fatale de la época, aquella hermosa y misteriosa muchacha franco-rusa capaz de seducir a Paul Rée, a Freud o a Rilke, entre otros intelectuales, trastornó por completo a Nietzsche. Quiso casarse con ella, o bien avenirse a compartirla con Rèe en un matrimonio salvaje, pero el trágico final de sus relaciones, provocado en parte por la envidiosa Elisabeth, guardiana de las esencias de su adorado hermano, precipitó al genio al principio del fin. Se recluyó en Génova y Turín, sintiéndose un nuevo Colón en busca de terra incognita, y, sobre todo, en las montañas de Sils Maria, donde se le aparecería Zaratustra con nuevas parábolas.

Una biografía completa y menos hagiográfica que otras, que explica comportamientos privados y públicos de Nietzsche y profundiza en sus relaciones con los artistas que le influyeron.

Título: ‘¡Soy dinamita! Una vida de Nietzsche’

Autor: Sue Prideaux

Editorial: Ariel