Ya decíamos el viernes que el Salón del Cómic de Zaragoza iba a ser un éxito aunque todavía no se hubieran ni abierto las puertas. Y una vez cerradas, se puede decir que, en efecto, ha sido un éxito ya que la cita ha seguido creciendo prácticamente desde el único prisma que puede hacerlo, las ventas. Y estas, aunque ha dependido de cada uno de los estands, «han aumentado ligeramente», explican desde la organización.

Algo que corroboran los propios protagonistas. Así, en GP Ediciones, uno de sus propietario, Daniel Viñuales, lo explica de manera gráfica: «Cuando acabamos el sábado ya habíamos vendido lo mismo que en todo el Salón pasado». Los más vendidos en el estand de la editorial han sido este año Esclavos de Franco, de Chesus Calvo; El subsuelo, de Víctor Solana, del que se agotaron los ejemplares; y Durruti, de Juanarete, Azagra y Revuelta. También mostraban su satisfacción los componentes de Malavida que, «a falta de cerrar todas las cuentas», decían que «las ventas han ido muy bien y, además, de casi todos los tebeos, se ha diversificado mucho este año. Estamos muy contentos». Historia absurda de Aragón, de Dani García-Nieto y Ramiro II fueron dos de los más reclamados. Otro de los nombres de esta edición ha sido Bernal que no dejó de firmar ejemplares de Chico Águila.

En total, explican desde la organización, se han vendido este año más de 12.000 entradas lo que implica alrededor de 25.000 visitas, cifras similares a las del año pasado pero es que en afluencia es muy complicado crecer por el propio espacio. Pero, además, «todas las actividades han contado con afluencia completa, talleres, concursos, firmas, charlas... y sobre todo -dicen- valoramos que sigue habiendo una gran variedad de público».