«Para nosotros es un regalo poder ir a un sitio y que haya gente escuchándote, solo eso creo que es la meta de un músico, que le escuchen, y nosotros tenemos esa suerte». Gabriel de la Rosa, vocalista de Shinova, uno de los grupos que más sensación están causando en el panorama musical español, tiene las ideas muy claras y se puede decir que lo que están recogiendo ahora es consecuencia de años de no desfallecer: «Desde el principio hemos trabajado siempre en la misma dirección, es verdad que ha habido cambios en lo referente al estilo e incluso a la formación pero siempre teníamos muy claro hacia dónde nos dirigíamos. Cada disco, cada concierto, cada momento de aprendizaje ha servido para llegar a este punto y actualmente seguimos trabajando», señala.

Shinova actúa hoy viernes (22.30 horas) en La casa del loco de Zaragoza y lo hace dentro de la gira de salas de su último disco, Cartas de presentación, un título nada casual: «Resume unos años muy intensos que estamos viviendo de aquí para allá. No habrá sido mar pero sí carretera y nos hemos dirigido hacia muchos puntos, hemos recibido muchísimo cariño e incluso los golpes que hayamos podido recibir durante este tiempo también nos ha orientado un poquito y enseñado que es lo importante. Esas son nuestras cartas de navegación, seguir hacia delante y aprender por el camino».

En este disco, el estilo Shinova sigue siendo reconocible (al menos, el de los últimos discos, una vez que dejaron de lado el rock duro inicial de su primera etapa) pero se han abierto también a introducir algunas novedades incluso en forma de electrónica: «Creo que es importante siempre evolucionar o al menos no sé si evolucionar que es un verbo demasiado pretencioso, pero sí al menos jugar y experimentar con nuevos elementos para crecer un poquito más y siempre lo hemos hecho. Con este disco también», explica el propio Gabriel de la Rosa, uno de los miembros originales del grupo.

Una de las mayores fortalezas de Shinova es la profundidad de sus letras que en muchas ocasiones, en un ejercicio buscado también, dejan mucho a la interpretación del público: «Yo sé de lo que estoy escribiendo cuando escribo y sé hacia dónde voy... y lo cierto que este disco aunque pueda parecer lo contrario es muy explícito en cuanto a contenido y mensaje. Muchas de las metáforas que están ahí resulta que no lo son tanto. Pero sí es verdad que cuando tú destripas una canción, cuando la desnudas por completo y le das la identidad y de ahí ya no se mueve, estás quitando magia a la interpretación que otra persona le puede dar que es tan real y tiene tanto valor como la del propio autor», confiesa un Gabriel de la Rosa, que asegura que la banda tiene muy claro dónde está: «No sé si es difícil tener los pies en el suelo pero sí obligatorio. Creo que es necesario siempre porque al final hacemos canciones, nada más, puede ir mejor o peor pero es una profesión como otra cualquiera y tenemos la suerte de poder disfrutar de ella. Aquí estrellitas pocas, eso creo que va siempre con la personalidad de cada uno y como te digo, nosotros tenemos la suerte de poder vivir de esto, desde hace no demasiado tiempo, y es para nosotros un honor y un verdadero regalo».

Esta noche, la banda llega a La casa del loco de Zaragoza para ofrecer un concierto para el que quedan ya pocas entradas a la venta: «Tenemos muchísimas ganas del concierto. Es la segunda vez que vamos a Zaragoza en sala. La primera vez fue un acústico que hicimos en una sala pequeñita que había apenas 20 personas y, precisamente, lo hablábamos hace un rato cuando nos han pasado los números y viendo lo que va a ser mañana (por hoy) en esa sala. Ha cambiado un poco la cosa y nos hace mucha ilusión. Llegar por primera vez con este disco a Zaragoza para hacer el directo que estamos haciendo por salas es algo que ya teníamos muchas ganas. Se ha hecho esperar demasiado así que lo vamos a disfrutar y a coger con más ganas que nunca».