El espectáculo "Da Capo" de la compañía Vol-Ras llega mañana al Teatro Principal de Zaragoza con el objetivo de "hacer feliz a la gente y que se vuelva a entusiasmar por el teatro".

Así lo ha anunciado Joan Faneca que, junto a su compañero Joan Segales, ha presentado hoy en rueda de prensa en Zaragoza el espectáculo en el que ambos trabajan y que estará en el Teatro Principal desde mañana, viernes, hasta el próximo domingo, 13 de julio.

"Da Capo" se estrenó el pasado 3 de octubre en el Teatro del Mercado y vuelve otra vez a la capital aragonesa después de más de 40 funciones.

El argumento de esta obra en la que no hay palabras trata de mostrar al público lo que ocurre detrás de las cortinas de un espectáculo, en este caso un concierto, "algo que el espectador no ve normalmente", ha indicado Segales.

La función es un homenaje a todos los que hacen posible el teatro: técnicos de luz y de sonido, maquinistas, productores y escenógrafos.

Ambos actores representan entre los dos a una veintena de personajes, pero hacen especial hincapié en el papel que desempeñan los técnicos porque "sin técnicos no hay espectáculo", ha subrayado Segales.

El reto de esta obra, ha insistido, es que la gente sea "feliz", que salga del teatro con "mucho más ánimo" para afrontar la vida en estos tiempos difíciles, al tiempo que ha asegurado que hay momentos en la obra en los que el público es "transportado plácidamente a otra dimensión".

Faneca, por su parte, ha resaltado que aunque "Da Capo" es un espectáculo gestual "la idea de la obra no es hacer pantomima clásica" ya que no querían recurrir a lo que ya estaba hecho.

Con "Da Capo", expresión habitual en la música y en los ensayos de teatro, Faneca y Segales han tratado de volver a sus orígenes, "hay un momento en el que te planteas qué estás haciendo y dónde estás", ha indicado Segales.

"Cuando empiezas eres muy lanzado e inocente pero ahora tienes la exigencia de que el público te conoce y tienes que continuar haciéndote camino", ha dicho.

Aunque ha reconocido que la experiencia de estos treinta años tiene también ventajas como que ahora no tienen que moverse tanto para contar historias.