Los programadores del festival de San Sebastián han tenido el arrojo, y el olfato, de seleccionar a concurso una película que viene arropada por la polémica y el escándalo y que, de momento no tiene autorizada su exhibición en su país de origen, Gran Bretaña. 9 songs , de Michael Winterbottom, es la primera película no pornográfica en la que se ven escenas sexuales en directo y sin simulación, incluyendo una eyaculación como final natural de la masturbación que la protagonista hace a su novio. Aparte de variedad de coitos y juegos sexuales, propios de un par de jóvenes enamorados. Pero todo de un modo aséptico, sin ningún atisbo de morbo que pueda evocar un filme porno.

Para calibrar esta película hay que partir de la premisa de que a Michael Winterbottom no le hacía falta ninguna película-escándalo para catapultar su carrera. Este cineasta tiene una trayectoria muy versátil, prácticamente ha tocado todos los géneros, y de innegable calidad a pesar de algunos altibajos.

Fue de los primeros que se atrevieron a llevar las cámaras a una guerra moderna (nada que ver con la CNN) en Welcome to Sarajevo (1997), luego atacó con lucidez la realidad incómoda de la sociedad británica (Wonderland) 1999; dio una nueva visión del western al año siguiente en El perdón ; se pasó al musical con 24 Hour Party People ; se atrevió con el cine futurista y finalmente obtuvo, el año pasado, el Oso de Oro de la Berlinale con el espléndido falso documental In this world .

Este personaje inquieto y perfeccionista se dio cuenta de que hasta ahora el cine no mostraba la realidad de las relaciones de pareja. Cuando se establecían los contactos íntimos se recurría siempre a la simulación. Y ha querido ser el primero en prescindir de trucajes y darlo en directo, colocando la cámara frente a los amantes.

9 songs tiene una duración de una hora y nueve minutos, tiempo en el que se ven las actividades amatorias y pasionales de los protagonistas, las actuaciones en directo de bandas de rock energético y unos falsos paisajes de la Antárdida que han sido filmados en Canadá.

Realmente sorprende ver una película en concurso en un festival de categoría A en la que hay escenas como las antes mencionadas. "Estoy feliz de que este filme esté en un festival, independientemente de la sección en que se incluya. Lo importante es mostrar la película", dijo ayer el cineasta, acompañado de los dos actores, Kieran O´Brien, que actuó en 24 Hour Party People y la modelo Margo Stilley.

"La idea --agregó Winterbottom-- era hacerlo del modo más sencillo posible. Empezamos sin un guión previo. Lo importante era mostrar a dos personas en la cama y captar su intimidad". No había un conocimiento anterior entre los dos actores, por lo que el director intentó su mutuo acercamiento en unas tomas iniciales que luego sirvieron como material filmado.

Margo Stilley, que tiene un cuerpo estilizado sin curvas acentuadas, reveló que había tenido previamente una relación de enamoramiento y que la había "incorporado" para las escenas del filme, aunque dejó bien claro que no estaba enamorada de su compañero de rodaje.

Winterbotton señaló que le gustaba rodar las cosas como observador, tanto el duro viaje de emigrantes clandestinos de In this world como la relación íntima de dos personas. "Por qué no se puede mostrar en el cine el amor físico? ¿Por qué no capturar la intimidad de una pareja y los aspectos emocionales? La idea era explorar todo esto, sin ninguna intención de promover el escándalo".

En cuanto al corto metraje también se preguntó por qué las películas han de durar un mínimo de hora y media. "El tiempo de este filme es el que me pareció adecuado para la historia. No es un documental. Es una ficción", aseguró. Pero la honestidad del planteamiento no basta para que una película complazca del todo.