Zacharias, Zimmermann y su Brahms antológico

LUGAR: Sala Mozart del Auditorio

FECHA: Jueves, 19 de febrero

ASISTENCIA: Media entrada

El Ciclo de Grandes Maestros del Piano se ha transmutado en Ciclo de Grandes Intérpretes (nótense los Grandes ), heredando numeración y enmarcando las sesiones pianísticas con sendos conciertos para violín. Ayer se inauguró la serie con dos alemanes de relumbrón: Christian Zacharias y Frank Peter Zimmermann. Ambos habían estado ya en Zaragoza, en más de una ocasión, pero nunca antes habíamos podido disfrutar de las enormes posibilidades de un dúo que lleva ya años funcionando y despliega un enorme vigor artístico.

El programa de su recital fue claro exponente del empeño de estos artistas en hacer música antes que lucirse: la segunda Sonatina de Schubert, dos páginas de Mozart (una de las Sonatas de Mannheim y la fabulosa Sonata K.454 ) y la Opus 108 de Brahms. Como la lectura de esta última fue simplemente antológica, voy a limitarme a comentarla.

Que Zacharias es uno de los pianistas más interesantes de la actualidad, un hombre culto y lleno de curiosidad por la música, un perfeccionista, no se le escapa a nadie que pretenda saber algo sobre el piano hoy en día. Zimmermann fue en su momento, hace apenas diez años, una revelación. Hoy es un artista sólido y prestigioso, de lo mejor que se puede escuchar. Juntos, como demostraron en la Sonata de Brahms, alcanzan el cielo. Su capacidad de conjuntar el sonido es completa. No hablo de precisión, sino de justeza en el color, de control del volumen sonoro (¡qué magnífica contención en los dos primeros movimientos!), de igualdad en fraseo e intención expresiva (pura pasión en el final). Hablo, en suma, de música de cámara en su expresión más perfecta. Zimmermann no desperdicia una sóla nota para obtener sonido, intención melódica y expresión. Zacharias puede presumir del toque más limpio y aterciopelado del momento. Brahms, de componer una de las obras maestras del repertorio. Y nosotros, de haberlo disfrutado.