Despierta, todo ha cambiado, nada es como habíamos imaginado es la frase inicial del tema Despierta y la primera que pronunció Enrique Bunbury ayer en un abarrotado --más de 4.000 personas-- pabellón Príncipe Felipe. A esta frase le precedió un OVNI que acaparó toda la pantalla del escenario cuando, de repente, una luz dio pasó a la aparición del artista. La respuesta fue una aclamación de gritos, manos arriba y coros. El, probablemente, artista aragonés más internacional había vuelto a la capital aragonesa.

Gritos, canciones míticas del esperado cantante, litros de cerveza y tabaco por doquier fueron los ingredientes con los que los presentes fueron animando una noche única en la que la media de edad rondó las 40 primaveras, generación a la que pertenece este idolatrado zaragozano.

Las camisetas de color negro con el logotipo de la gira Palosanto, los zapatos oscuros y las gafas de sol, simulando la estética del que fuera líder de Héroes del Silencio, copaban la pista y también las gradas. Todos estos requisitos los cumplió a rajatabla Manuel, un "seguidor incondicional" de Bunbury que había comprado la entrada "hace meses" porque "no me la quería jugar en el último momento".

Se acaba Despierta y el pabellón eclosiona coreando "Enrique, Enrique". La entrega del público está en su momento más álgido cuando los altavoces vuelven a sonar al rítmo de El club de los imposibles, perteneciente al disco Flamingos, y una de las canciones preferidas de Ana y Sonia, otras dos incondicionales del músico. "Le llevo siguiendo desde Héroes, cuando era una cría", comentó la primera, mientras que Sonia opinó que "es una suerte que un tío tan grande sea de Zaragoza".

EL DISCO "MÁS SOCIAL" Imágenes de Angela Merkel, Cristina Fernández de Kirchner o el propio Mariano Rajoy aparecieron en las pantallas para acompañar las canciones de Palosanto, que según ha descrito Bunbury, es su álbum "más social". Sin embargo, el ambiente festivo y de humor no cesó. Incluso, algunos de los presentes aparcaron momentáneamente el "Enrique, Enrique" sustituyéndolo por "Mariano, Mariano", en clara referencia al presidente español.

Tres décadas después de que este músico zaragozano se subiera por primera vez a un escenario, sigue siendo una referencia mundial para la ciudad.