Trabajar 24 horas al día, siete días a la semana y sin ningún derecho reconocido. Ese es el tipo de explotación laboral de la que más de 3.000 personas en Aragón son susceptibles de ser víctimas. El testimonio de una empleada de hogar que denunció su caso dio visibilidad, en un seminario web organizado la semana pasada por la Fundación Más Vida y la Universidad de Zaragoza, a la situación de esclavitud invisible que afecta a millones de personas en el mundo.

El webinar, titulado La desigualdad de género, explotación laboral de las mujeres y la mujer en el mundo rural , contó con una alta participación de estudiantes de Trabajo Social, Relaciones Laborales, Recursos Humanos y del Máster Universitario en Relaciones de Género.

El relato más impactante fue el de Karla Patricia Hernández, nicaragüense que emigró a España para sacar adelante a sus dos hijas. Lleva casi tres años en el país y durante dos ha sido, como ella misma dijo, «una 24/7, trabajando 24 horas al día, siete días a la semana, con un solo festivo al mes y solo si me podían reemplazar». Todo ello por 750 euros, sin vacaciones, con dificultades para conseguir permiso para poder asistir siquiera a una cita médica, con miedo por situaciones de acoso y tratada como una analfabeta, siendo maestra de formación.

Cuando fue despedida tras romperse un brazo en un accidente laboral, asesorada por UGT se atrevió a denunciar y, tras nueve meses, hoy es una mujer extranjera con su situación regularizada en España, que ha recuperado sus derechos, es miembro y activista del Colectivo de Trabajadoras del Hogar y Cuidados de Zaragoza, y da voz a una situación de desigualdad y explotación laboral que, aseguró ·está invisibilizada».

En el seminario intervino también Antonio Ranera, de UGT Aragón, que habló de la explotación laboral en el mundo: alrededor de 40 millones de personas en el mundo son víctimas de trata y explotación de todo tipo. Por último, Rocío Gregorio Cuartero, que trabaja para la Fundación Cepaim en Barbastro, expuso que, en el medio rural, las mujeres han trabajado sobre todo desde casa y sin cotizar, por lo que hoy no cobran pensión.