Amnistía Internacional (AI) pidió ayer a Sri Lanka que abandone su plan de aplicar la pena de muerte a los narcotraficantes, después de que las autoridades de la isla hayan contratado y formado verdugos para la tarea. «El presidente de Sri Lanka, Maithripala Sirisena, debe detener inmediatamente sus planes para retomar las ejecuciones de al menos trece prisioneros condenados por crímenes relacionados con las drogas», reclamó la oenegé en un comunicado. Según medios locales, las ejecuciones pueden comenzar en los próximos días.