-Uno de los ejes temáticos en torno a los que girará la jornada de hoy son las políticas sociales transversales. ¿Cuáles son las demandas de la Red en esta área?

-Muchas veces, la sociedad se limita a considerar que la pobreza únicamente se combate desde una política social que cubra necesidades básicas o una renta mínima. Pero en la Red pensamos que de la pobreza solo se puede salir si existen unas políticas transversales: educación, hacienda, vivienda, empleo… No nos limitamos solo a tratar con departamentos como puede ser el de Derechos Sociales. Creemos que otras políticas deben ir aunadas, que la pobreza solo se puede combatir de esa manera.

-Dicho de otra manera, ustedes defienden que las políticas sociales van mucho más allá de las medidas asistenciales.

-Por supuesto. No hay que olvidar que estamos hablando de personas, y que estas necesitan mucho más que, por ejemplo, una renta mínima. Aunque esta sea fundamental para que los programas de inserción personalizados funcionen, las personas sufren y tienen emociones y sentimientos, y necesitan mucho más. Hay que cubrir otros aspectos. Por ejemplo, quien demanda empleo no lo hace solo para percibir un sueldo, sino también para sentirse realizado. Y lo mismo ocurre con la vivienda digna, ya que esta condiciona mucho la manera en la que una persona se siente. No se trata solo de dar cosas materiales, sino de favorecer los procesos de inserción y de proporcionar una calidad de vida en todos los sentidos.

-¿Cuáles son las principales reclamaciones de la Red en materia de empleo?

-Pedimos empleos dignos para que no podamos seguir hablando de pobreza en personas que tienen un puesto de trabajo. Queremos salarios y condiciones laborales dignas y políticas que favorezcan que la gente pueda encontrar un trabajo, para lo cual tienen que estar hechas pensando en las cualidades y características que tiene cada persona para poder atajar la pobreza entre aquellas que tienen más dificultades o menos preparación. En definitiva, el empleo no solo tiene que servir para subsistir, sino también para que las personas puedan sentirse realizadas.

-¿Qué piden en materia de vivienda?

-Cumpliendo lo que la Constitución manda, todo el mundo tiene derecho a una vivienda digna. Pero el parque de vivienda pública es escasísimo y no cubre las necesidades de todo el mundo porque hay mucha gente con problemas habitacionales. Ya no se trata solo de garantizar una casa, sino también de cubrir carencias como la pobreza energética y otro tipo de necesidades que uno tiene en una vivienda para que las personas no puedan caer en una situación todavía peor. Hay que apostar por el alquiler social.

-¿Y para las personas sin hogar?

-Programas como el Housing First (Primero la Vivienda, en inglés) están dando buenos resultados y se basan en que primero hay que proporcionar una casa a estas personas para después poder empezar a trabajar sobre todas las demás necesidades de quienes viven sin hogar. Pero una de las consecuencias de la escasez de viviendas sociales es que las personas solas y sin familia, como es el caso de muchas de las que viven en la calle, son las últimas en poder acceder a estos recursos, frente a aquellas que pueden ser más vulnerables por tener niños. Esto dificulta todavía más su acceso a la vivienda. La solución está en aumentar el parque de vivienda pública para poder dar cobertura a todas las necesidades que hay, y luego ya se aplicará la fórmula de acceso más apropiada para cada persona.

-Hoy hablarán también de políticas para la infancia y la familia. ¿Qué necesidades detecta la Red?

-Aquí sí que tiene mucha importancia lo transversal. Se ha demostrado que la pobreza se hereda, y la infantil viene de la pobreza familiar. Primero hay que cubrir las necesidades básicas de los menores y sus familias y luego diseñar buenas políticas de intervención. Habría que buscar políticas para apoyar a todo tipo de familias, procurando que dispongan de todos los recursos necesarios y facilitando el acceso a la educación, ya que esta es fundamental para evitar que la pobreza se herede. En este sentido, hay que reforzar los apoyos educativos para los niños que proceden de familias en situación de pobreza, de tal modo que puedan tener las mismas oportunidades que el resto de la población.

-Termina una legislatura en la que se ha estado a punto de aprobar una ley que la Red viene reclamando desde hace tiempo. En la siguiente, ¿van a seguir luchando por una renta básica en Aragón?

-Evidentemente. Esperemos que los partidos, desde la responsabilidad, sigan buscando una solución. Ha sido una legislatura perdida en lo que respecta a la aprobación de esta ley, más que nada porque ya se había dado un paso hacia delante. Indudablemente no era la mejor ley, y seguramente habría que mejorarla, pero suponía un avance y otros gobiernos podrían haber ido mejorándola. Pero este es un asunto que habría que abordar también a nivel estatal. La desigualdad que existe entre los distintos territorios de España hay que revisarla, y hay que procurar que cada ciudadano, sea de la comunidad que sea, tenga acceso a una renta mínima. Esto favorecería a la sociedad en general, ya que haría que todas las personas fueran más autónomas, consumiesen y tuviesen una vida de más calidad, con todas sus necesidades cubiertas.

-Aunque se haya perdido esta oportunidad, ¿ha vivido Aragón algún avance en materia social a lo largo de la legislatura que ahora acaba?

-Sin ser tremendamente optimista, sí que puedo reconocer que, a diferencia de otras comunidades, Aragón está muy saludable en este sentido. Las políticas sociales han avanzado bastante. Las entidades que atendemos a las personas en situación de exclusión social hemos tenido una comunicación fluida y directa con el Gobierno autonómico y con el municipal. Nuestras propuestas se han escuchado. Esto ha servido a veces para sacar adelante nuestras propuestas y otras no. Pero podemos estar medianamente orgullosos porque Aragón ha prosperado en materia de políticas sociales. Con esto no estoy diciendo que estemos muy bien ni que no haya que hacer nada más, más bien al contrario. Pero cuando se va hacia delante, eso es algo que hay que valorar. Ha habido más dotación económica para las políticas sociales y eso es algo muy positivo, aunque se podría haber hecho más, no cabe duda. Aún queda muchísimo camino por recorrer.