La cooperación al desarrollo nos permite medir la fibra moral de un gobierno y su compromiso con las políticas de solidaridad. Para el Gobierno de Aragón es una política pública que nos sitúa ante el mundo como una región solidaria que apuesta por la justicia social, la transferencia bilateral de conocimiento, la unidad de acción, la coherencia de políticas públicas, el reparto equitativo de la riqueza y la igualdad. La entendemos como una potente herramienta de transformación social, superando las lógicas asistencialistas y paliativas, para dar paso a una visión de aprendizaje mutuo que nos permite caminar hacia sociedades más sostenibles y equitativas.

Vivimos tiempos de cambio constante, con una ciudadanía interconectada que se enfrenta a grandes retos para el sostenimiento de la vida en un planeta cuyos recursos se agotan como consecuencia, fundamentalmente, de la acción irresponsable de las personas. El cambio climático y el colapso social golpean con mayor virulencia en los lugares del mundo más vulnerables. Los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas nos vislumbran un horizonte esperanzador y suponen la agenda más avanzada que jamás haya conocido la humanidad para construir un presente y un futuro democráticos, sostenibles e igualitarios para todas las regiones del mundo.

Así mismo, nos hallamos en un tiempo en el que se torna fundamental incorporar a la agenda del codesarrollo otras agendas, como la feminista, la de los derechos de la infancia, la de lucha contra el cambio climático y la de las migraciones, a fin de fortalecer el discurso en torno a la solidaridad, combatir el odio y reforzar las bases de una política que se asiente sobre pilares de solidaridad, justicia social e igualdad.

Para hacer frente a todos los retos en materia de codesarrollo y políticas de solidaridad, desde Aragón disponemos de valiosísimas herramientas, como el nuevo Plan Director de la Cooperación aragonesa para el Desarrollo (2020-2023), que refuerza nuestra presencia en aquellas regiones del mundo más vulnerables e incorpora prioridades sectoriales nuevas, como el trabajo en materia de discapacidad y personas LGTBI; la nueva Ley de Cooperación al Desarrollo, que se va a actualizar y reforzar mediante un proceso de participación ciudadana para garantizar el diálogo y el consenso en torno a una materia tan sensible y pertinente; el Pacto por la Cooperación al Desarrollo en el marco de la Agenda 2030, que plasma el compromiso político aragonés con la cooperación y sitúa a Aragón como una comunidad autónoma referencial al respecto; la Estrategia de Educación para el Desarrollo y la Ciudadanía Global, que se asienta sobre uno de los pilares fundamentales para la transformación social, como es la educación, y la Estrategia de Desarrollo Sostenible, hoja de ruta para avanzar hacia un Aragón más sostenible e igualitario.

Muchos son los retos que tenemos por delante, pero hemos llegado a un punto en el que otro mundo ya no solo es posible, sino que es más necesario que nunca. Por ello, y porque tenemos la firme convicción de que merecerá la pena, vamos a trabajar para continuar haciendo camino al andar.