Es la ilusión de casi todos los niños: levantarse el día de Navidad, o el de Reyes, y encontrar bajo el árbol ese objeto de deseo que quedó plasmado en una carta. Sin embargo, según la última encuesta de condiciones de vida del INE (junio 2018), uno de cada tres niños en España está en riesgo de pobreza o exclusión social. Por muy duro que trabajen Papá Noel o los Sus Majestades de Oriente, quizás no puedan llevarles aquello que pidieron.

Para remediarlo, CaixaBank ha puesto en más de mil de sus oficinas distribuidas por todo el país, y en 27 de Aragón, el árbol de los sueños. Gracias a esta iniciativa, más de 21.000 menores (580 aragoneses) cuyas familias atraviesan una situación de dificultad económica van a recibir esta Navidad el regalo deseado.

Esta idea nació en el banco portugués BPI. Tras ser adquirido por CaixaBank, esta la puso en marcha como experiencia piloto el año pasado en tres oficinas de Barcelona. «Nos pareció una iniciativa encantadora, la hemos adoptado y este año sí que la hemos puesto en práctica en oficinas de toda España y de Portugal», explica Cristina González, directora territorial de CaixaBank en Aragón y La Rioja.

«Nos pareció algo muy atractivo, y como trabajamos con entidades sociales a través de Caixa ProInfancia, nos pareció que podíamos incorporarlo a este programa y decidimos hacerlo también en Aragón», apunta Javier Muñoz, responsable de Acción Social de CaixaBank en esta comunidad autonóma.

En cada oficina participante hay un árbol de Navidad de cartón reciclado de casi dos metros adornado con 20 bolas. Cada una de ellas contiene el nombre y la edad de un niño. El cliente del banco elige la bola, se le entrega la carta que el niño ha escrito a los Reyes y se compromete a comprarle el regalo solicitado (hasta un máximo de 40 euros).

«Por una vez van a poder recibir lo que realmente han pedido, como la mayoría de los niños», señala Pilar Lambán, coordinadora de ciudad de Caixa ProInfancia. «Nuestra labor ha sido facilitar las cartas que los pequeños. Sus familias participan en el programa a través de distintas entidades sociales», añade.

«Esta campaña marca la diferencia con otras similares porque normalmente donas un juguete de forma impersonal. Aquí hacemos coincidir una petición concreta de un niño con un cliente que sabe que el juguete que le regale va a hacerle ilusión porque es lo que ha pedido», opina Javier Muñoz.

La campaña se inició el lunes pasado y ese mismo día, antes de la hora de cierre, ya no quedaban bolas en alguna de las oficinas aragonesas. «A los clientes les está gustando mucho porque es una forma de participar en una acción social y sentirse útil en estos días tan especiales, cuando todos somos un poco más conscientes de que no todo el mundo tiene de todo, haciendo realidad la ilusión de un niño», agrega Cristina González.

Antes del día 21 de diciembre, las ilusiones de 580 niños aragoneses descansarán bajo un árbol de los sueños.