Violencia, brutalidad y un trato vejatorio por parte de las autoridades policiales son la tónica habitual para los refugiados y migrantes que atraviesan la ruta de los Balcanes occidentales, según denunica Oxfam (Oxfam Intermón en España) en un informe publicado el pasado jueves, día 6 de abril. El Belgrade Centre for Human Rights (BCHR) y la Macedonian Young Lawyers Association (MYLA) han llevado a cabo esta investigación con el apoyo de la oenegé internacional.

El documento, titulado A dangerous ‘game’ (Un ‘juego’ peligroso, en su traducción al español) reúne 140 entrevistas de personas que huían de la guerra, la persecución y la pobreza, y que acudieron a Europa en busca de seguridad y protección. Pero al llegar se encontraron con palizas, robos y un trato inhumano a manos de la policía, la guardia fronteriza y otras fuerzas de seguridad. Muchas de ellas denuncian deportaciones ilegales en las que agentes gubernamentales niegan el acceso a los procedimientos para solicitar asilo a quienes buscan protección internacional.

El informe incluye testimonios de víctimas de estos abusos en Serbia, Hungría, Croacia, Bulgaria y la Antigua República Yugoslava de Macedonia. «Nos encerraron en una jaula. Estuvimos tres días sin comida. Nos dieron palizas terribles e incluso descargas eléctricas», relata Isaac, de Afganistán, acerca del trato que recibió en Bulgaria.

Paula San Pedro, responsable de incidencia humanitaria de Oxfam Intermón, afirma que «personas que a menudo huyen de una violencia inimaginable en sus países encuentran en Europa una sorprendente e injusta brutalidad. Los testimonios que hemos recopilado evidencian terribles malos tratos que los gobiernos, entre ellos algunos estados miembro de la Unión Europea, permiten para frenar la llegada de personas a su territorio».

El peligroso juego que da título al informe hace alusión a la forma en que los migrantes se refieren irónicamente a sus intentos de atravesar las fronteras en busca de protección. Dicho juego consiste en lograrlo sin ser interceptados y sin sufrir malos tratos a manos de oficiales gubernamentales.

Pero, si lo que pretenden estos países con su actuación brutal es disuadir a nuevos migrantes para que dejen de intentar llegar al corazón de Europa a través de su territorio, se equivocan de pleno. «Estas crueles acciones ilegales no hacen que la gente deje de embarcarse en peligrosos viajes en busca de seguridad y protección. Muchas personas nos cuentan que no tienen nada que perder y que seguirán intentando atravesar las fronteras, por muy peligroso que pueda ser», apunta Nikolina Mili, del Belgrade Centre for Human Rights.

Algunas personas también relatan frecuentes expulsiones colectivas desde Serbia. La legislación internacional sobre refugiados y el derecho internacional en materia de derechos humanos prohíben estas denominadas devoluciones porque, entre otros motivos, socavan el derecho de las personas a buscar asilo.

Además, las brutales acciones ilegales de los oficiales de policía generan miedo y obligan a muchos migrantes a recurrir a las mafias de tráfico de personas.

Y, entre tanto, Oxfam denuncia cómo el presidente del Consejo de la Unión Europea, Donald Tusk, ha alabado la gestión de la crisis migratoria por parte de los gobiernos que aparecen reflejados en el informe.