Un cartel circula por las redes sociales con la frase 8,5 millones de ayudas para alquiler de viviendas que excluyen a las familias asturianas e incluyen a las musulmanas. Como es lógico, no puede haber ningún requisito a la hora de solicitar estas ayudas que diferencie por religión o nacionalidad. Por no decir que ser asturiano no excluye poder profesar la fe del islam.

Claramente, huele a bulo porque lo es. Pero muchas personas dan credibilidad a este tipo de desinformaciones que circulan a diario por los móviles de millones de españoles. Para desmentir esta y otras patrañas similares, en enero de este año echó a andar Maldita Migración, un proyecto periodístico nacido bajo el paraguas de Maldita.es.

«A partir de la llegada del Aquarius, en junio, empezamos a ver un aumento de los bulos relacionados con migrantes, refugiados y personas musulmanas», señala Yuli Jara, periodista encargada de Maldita Migración. Hoy en día, constituyen «una de cada tres consultas que nos llegan».

«Por eso decidimos aunar esfuerzos con Oxfam Intermón para crear esta pequeña sección, que ha tenido una acogida mejor de lo que esperábamos. Tuvimos 20.000 visitas los siete primeros días. Fue abrumador», admite.

La oenegé se limita a poner el dinero. Oxfam financia pero no entra en la línea editorial ni en los contenidos. «Ese fue el máximo requisito que pusimos», puntualiza Jara.

Clara Jiménez y Julio Montes lanzaron hace unos años Maldita Hemeroteca como una humilde cuenta de Twitter. Aquella idea fue creciendo hasta convertirse en Maldito Bulo. Y recientemente se han incorporado también a esta familia que persigue la mentira en las redes los proyectos Maldita Ciencia y Maldito Feminismo.

Y es que las víctimas de los bulos en internet son de lo más diverso. Pero las personas inmigrantes y refugiadas son sin duda unas de las principales damnificadas por estas mentiras, que generan odio y xenofobia, y que algunos políticos sin escrúpulos no tienen complejos en utilizar como arma arrojadiza en esta campaña electoral permanente en la que vivimos sumergidos.

El trabajo de los periodistas de Maldita Migración consiste en poner bajo la lupa los bulos sobre inmigración y refugio, buscando con las herramientas del fact-checking la verdad de los datos y los hechos contrastados.

Para poder desarrollar su trabajo es imprescindible la participación de la audiencia, que es la que les remite aquellas informaciones que les resultan sospechosas. Les envían de 200 a 300 consultas diarias.

Pero antes incluso de contactar con el equipo de Maldita para que investigue una (des)información, Yuli Jara da unas cuantas recomendaciones a los ciudadanos para que nadie se la cuele con mentiras que solo buscar sembrar de odio las redes.

«Cuando vean un contenido muy raro, que aluda a sus sentimientos y que sea demasiado llamativo, como para llevarse las manos a la cabeza, que no lo compartan», exhorta. Y les invita a que sospechen también de cualquier supuesta información que no cite la fuente ni el origen. En tal caso, «que nos escriban y nos pregunten. Y cuando les mandemos el desmentido, que nos ayuden viralizándolo».

Que nadie olvide que, como dicen en Maldita, «los malos tienen un objetivo, están organizados y no les importa mentir».