De las 3.283 personas que el año pasado se acercaron hasta Cáritas Aragón para intentar mejorar sus condiciones de empleabilidad, la entidad consiguió que 1.130 firmasen un contrato de trabajo. De ellas, 55 lo hicieron directamente en alguna de las iniciativas de economía social propias de Cáritas Aragón.

Son empresas de inserción o talleres laborales donde se desarrolla una actividad productiva cuya finalidad no es solo obtener personas empleadas, sino que estas puedan seguir un proceso de aprendizaje y abrirse al mercado laboral normalizado.

Cáritas trabaja a través del itinerario de inserción sociolaboral, una herramienta que utiliza de manera consensuada con los participantes en los programas de empleo. No es un itinerario lineal sino que, en función de la situación de empleabilidad de cada participante, se elabora junto con él su desarrollo.

«Dentro de nuestro programa de inserción laboral trabajamos con tres ejes. No solamente con el objetivo final, que es la inserción laboral, sino también en el desarrollo de habilidades sociales y laborales, para que cuando las personas lleguen a un empleo normalizado tengan ese empoderamiento y ese crecimiento personal que se necesita a la hora de desempeñar un trabajo», explicó Nuria Sastre, coordinadora de los proyectos de acción social de Cáritas Huesca.

Cristian Dual y Sanneh Danstria son dos de esas personas que, tras pasar por un itinerario de inserción sociolaboral de Cáritas, han acabado trabajando para la propia entidad.

Sanneh nació en Gambia hace 42 años, y lleva 24 en España. Cuando vino era analfabeta, pero su hijo mayor está a punto de terminar la universidad. Sanneh aprendió primero a leer y a escribir con Cáritas, y luego el oficio de lavandería. Fue creciendo en lo profesional y en lo personal y hoy es una educadora-mediadora del servicio de conciliación familiar de la guardería de Cáritas en Huesca.

Por su parte, Cristian se acercó a Cáritas un mes en el que necesitó una ayuda para comprar un medicamento para su hijo, que nació enfermo y justo cuando su padre se había quedado en paro. Cristian se volcó en la salud de su hijo antes que en buscar trabajo. Pero en Cáritas le ayudaron a formarse, y aprendió varios oficios al tiempo que se graduaba en ESO. Su esfuerzo y dedicación se vieron recompensados y hoy en día es el encargado de la tienda de muebles de Cáritas Huesca.