El Comité Español de Representantes de Personas con Discapacidad (Cermi) reclama que el coste de todas las pruebas diagnósticas del coronavirus de las personas con discapacidad atendidas en recursos sociales, así como del personal que les presta apoyo, sea asumido por las respectivas administraciones, como cuestión de salud pública, sin coste para las entidades que las atienden.

En algunas comunidades autónomas, el coste de estas pruebas corre a cargo de la Administración, pero en la mayoría este debe ser asumido por la organización social que gestiona el recurso, o por la propia persona con discapacidad o su familia.

Aunque Aragón sufraga el test de los usuarios, las entidades deben costear el de sus trabajadores, a través de las mutuas de prevención. Por ello, las organizaciones aragonesas de discapacidad que gestionan recursos como residencias, viviendas de apoyo, centros de día y ocupacionales, servicios de atención temprana o de asistencia personal, se suman a la reclamación del Cermi estatal.

“Los profesionales que trabajan en estos centros son un grupo especialmente expuesto al riesgo de contraer la enfermedad, por lo que el coste de sus PCR tendría que ser asumido por la Administración pública”, exhorta Marta Valencia, presidenta de la Fundación DFA. “Lo que no pueden hacernos es, en plena pandemia, añadir esta carga al sobrecoste que ya venimos asumiendo en los últimos meses por la adquisición de equipos de protección individual”, añade.

Un sobrecoste que Santiago Villanueva, presidente de Plena inclusión Aragón, estima que ha supuesto “un 30% en los últimos seis meses” para las entidades que atienden a personas con discapacidad intelectual. “Y hay que tener en cuenta que hace tiempo que soportamos una situación de infrafinanciación”, agrega, “por lo que sumar también los PCR es inasumible”.

En una entidad con cien trabajadores, supondría entre 7.500 y 12.500 euros, siempre que no tengan ningún síntoma, en cuyo caso habría que repetir las pruebas, al igual que si el trabajador ha fraccionado su mes de vacaciones, pues habría que repetir la PCR a su regreso después de cada periodo vacacional.