El pasado viernes, el Consejo de Ministros aprobó el V Plan Director de la Cooperación Española, un documento que ya se conoce en los círculos de la solidaridad como «el plan del Gobierno y las empresas», y que «presenta graves carencias» según denuncia Andrés Amayuelas, presidente de la Congde (Coordinadora de Organizaciones No Gubernamentales para el Desarrollo de España).

Los planes directores de la cooperación tienen una vigencia de cuatro años y marcan las líneas maestras de las políticas estales de la cooperación internacional para el desarrollo durante ese periodo.

Aunque algunos representantes de la Administración del Estado han calificado este plan como «el más participado de la historia», su aprobación ha despertado el rechazo casi unánime de los principales actores de la cooperación española. Prácticamente todos los partidos de la oposición, así como los sindicatos, las oenegés, los expertos universitarios y las comunidades autónomas y municipios en los que no gobierna el PP, han expresado su oposición a este plan.

Según Amayuelas, «este deformado juego de espejos entre participación y oposición vivió su momento cumbre el pasado 16 de febrero». Ese día, el Gobierno hubo de recurrir, en el pleno del Consejo de Cooperación, al voto de calidad del secretario de Estado de Cooperación para tumbar el dictamen negativo emitido por los actores sociales y aprobar uno propio con una valoración positiva.

Una de las carencias del plan denunciadas por la Congde es que este adolece de «una visión política a largo plazo». También critican que no concrete la participación de la sociedad civil y que se refiera solo de soslayo a la Agenda 2030. Sin embargo, sí que está muy presente «la obsesión de Europa por fortificarse».

Una de las principales críticas es que «apunta de manera clara hacia un creciente papel del sector privado», es decir, que las políticas de cooperación pueden pervertirse como una vía para la internacionalización de las empresas españolas. Tampoco aparecen líneas de acción específicas para pueblos indígenas y afrodescendientes o para las mujeres.