La coherencia de políticas para un desarrollo sostenible e inclusivo es un tema recurrente, tanto en el discurso de las oenegés de desarrollo como en el de las investigaciones sobre el futuro de la cooperación. Ya comentamos algo de ello en un artículo anterior. Pero quizás su puesta en práctica es lo que nos falta.

En Aragón llevamos una trayectoria de firma de pactos por la cooperación con las diversas instituciones públicas en los que se contempla, además de otras buenas prácticas y el compromiso de ir aumentando el porcentaje de fondos dedicados a ella, el profundizar en este capítulo, el ir concretando qué acciones se deberían corregir y qué otras introducir para que la política local no enturbie las buenas intenciones de una colaboración hoy por hoy meramente solidaria, antes habríamos dicho caritativa, sin llegar a ser un derecho reconocido, como sería la atención a la dependencia o, en nuestro caso, el Ingreso Aragonés de Inserción.

Los partidos con representación en el Ayuntamiento de Zaragoza firmaron en el 2007, en el marco de los Objetivos de Desarrollo del Milenio, un primer pacto que fue renovado este mismo año para adecuarlo las nuevas metas de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (Agenda 2030). En él se puede leer que «distintas políticas públicas tienen a menudo más impacto en los países empobrecidos que las propias políticas de cooperación al desarrollo. De poco sirve disponer de una política de ayuda al desarrollo eficaz y de calidad si es resto de las decisiones públicas operan en sentido contrario y limitan las oportunidades de progreso de los países del sur».

El Ayuntamiento de Teruel firmó en el 2015 su pacto contra la pobreza, con vigencia hasta el 2019, cuando se debería revisar.

Los partidos representados en las Cortes de Aragón firmaron también este año su pacto, en el que se añadía: «Los gobiernos autonómicos pueden contribuir a plantear modelos de desarrollo y políticas más justas y coherentes, con grandes impactos a nivel global».

Y Huesca tiene sobre la mesa un documento similar que esperamos pueda firmarse antes del fin de la legislatura.

En estos pactos se contempla establecer los procedimientos necesarios para que en la elaboración de las diferentes políticas públicas autonómicas o municipales se tenga una visión amplia de la interdependencia entre lo local y lo global y se contemplen los efectos externos de las mismas.

Igualmente, se plantea identificar los ámbitos prioritarios de promoción de la coherencia de políticas para el desarrollo, definiendo compromisos y objetivos específicos en estas áreas, para diseñar luego programas de actuación mediante procesos participativos y formativos, contando con todos los estamentos involucrados, políticos, técnicos y sociales.

En este marco, y financiada por el Ayuntamiento de Zaragoza, la Cátedra de Cooperación para el Desarrollo de la Universidad de Zaragoza, junto con la Federación Aragonesa de Solidaridad, está programando una jornada para el mes de noviembre en la que tanto la parte técnica como política de nuestras instituciones públicas puedan debatir sobre la cuestión con personas de experiencia en otras administraciones, a fin de ir llevando a nuestra práctica la deseada y necesaria coherencia de políticas para el desarrollo.