Quién no ha oído en conversaciones de bar, ha leído en redes sociales o, lo que es más peligroso, ha escuchado a políticos de extrema derecha decir que los extranjeros «saturan la sanidad» o «viven de las ayudas sociales». No hay más que contrastar con datos oficiales para comprobar que esas afirmaciones no son ciertas. Su demanda sanitaria es un 7% inferior a la de la población autóctona. Y hasta 80.000 inmigrantes contribuyen con su trabajo al pago de las pensiones de la envejecida población aragonesa.

La posverdad y las fake news constituyen fenómenos muy preocupantes porque han logrado calar en la sociedad como nunca antes lo habían hecho. Esta pandemia de desinformación y ruido afecta de una manera especial a colectivos vulnerables, como la inmigración.

Según la profecía autocumplida enunciada en el teorema de Thomas, un principio fundamental en sociología formulado en 1928 por William I. Thomas, «si las personas definen las situaciones como reales, estas son reales en sus consecuencias». Para hacer daño, basta con inventar ideas que demonicen a las personas migrantes mediante la difusión de datos falsos que las sitúen como la causa de todos los males, miedos e incertidumbres de la sociedad. Da igual si son falsas o no. Si son percibidas como verdaderas, sus repercusiones serán reales.

Aragón ha sido y es una tierra de encuentro entre culturas, como atestiguan su patrimonio, su historia y hasta sus topónimos y, hoy en día, la vida cotidiana en cualquier mercado, plaza o barrio. Sin embargo, también aquí, los discursos populistas, demagógicos y xenófobos han proliferado en los últimos años, reforzando los prejuicios sobre las personas migrantes, levantando barreras entre un falso nosotros y ellos definido en términos étnicos, nacionales, culturales, económicos o religiosos.

Vivir en sociedades diversas es un reto compartido, pero también enriquecedor. Prevenir la segregación, la discriminación y el racismo es clave para la construcción de sociedades inclusivas y justas. Preservar la convivencia pacífica que ha caracterizado a sociedades como la aragonesa se ha convertido en una exigencia democrática, pues la historia enseña que la polarización social y los discursos de odio tienen consecuencias catastróficas.

Aragón tiene retos fundamentales que acometer y para abordarlos con éxito es fundamental lograr una sociedad cohesionada desde los valores democráticos. Partiendo de esta premisa, el Ejecutivo autonómico ha puesto en marcha la primera estrategia aragonesa antirrumores y antidiscriminación. Su objetivo es «combatir el racismo y el odio hacia las personas migrantes y preservar nuestra convivencia social, deconstruyendo bulos y contribuyendo a trazar nuevas narrativas positivas en torno a las migraciones», explica Natalia Salvo, que está al frente de la Dirección General de Cooperación al Desarrollo e Inmigración del Departamento de Ciudadanía y Derechos Sociales del Gobierno de Aragón, y es la responsable de esta iniciativa.

La estrategia «recoge actuaciones y medidas frente a los rumores infundados, estereotipos o prejuicios sobre la población migrante y la diversidad cultural, que abren la puerta a la intolerancia y los discursos de odio, y permiten la discriminación», señala Fernando Luesia, jefe de Servicio de Inmigración. Parte de un proceso de participación ciudadana que ha dado como fruto «un texto dialogado y consensuado», según Salvo, porque el objetivo es que «concierna a todo Aragón y que cualquier entidad, asociación o institución pública se vea reflejado en ella». Lo que se pretende es que llegue «a la mayor parte posible de la sociedad a través de los líderes y agentes sociales, de la Administración, profesores, educadores…», agrega Luesia.

Por ello, la estrategia llega acompañada de la Guía Antirrumores y Antidiscriminación de Aragón , una herramienta didáctica con la que trabajar y combatir actitudes racistas y xenófobas desde centros educativos, asociativos o institucionales. En ella, se abordan desde el pensamiento crítico y la psicología social los prejuicios y estereotipos y se aportan ideas para mejorar la convivencia intercultural.

La Federación Aragonesa de Municipios, Comarcas y Provincias (FAMCP) va a hacer llegar a las entidades locales esta documentación para que se conozca por todo el territorio. El material también se difundirá en todos los departamentos del Gobierno de Aragón y en entidades sociales y oenegés.

La estrategia antirrumores y antidiscriminación se enmarca dentro de la línea de trabajo Aragón Sin Bulos, incluida en el Plan Integral de Gestión de la Diversidad Cultural en Aragón 2018-2021. Este plan ya ha dado como resultado la creación de Red Aragonesa por la Convivencia Intercultural para trasladar a municipios y comarcas herramientas para la erradicación del racismo, o el proyecto Hateblockers , enfocado a frenar el odio en las redes sociales. Dentro de estas acciones se enmarca también la reciente firma de un protocolo de actuación entre el Gobierno de Aragón y la Asociación de Periodistas de Aragón para el abordaje mediático de las migraciones.