La condición de las universidades como actores de la cooperación está reconocida tanto por el ordenamiento jurídico como por las propias instituciones, en este caso a través de la Conferencia de Rectores de las Universidades Españolas (CRUE), que en el año 2000 adoptaba la Estrategia de Cooperación Universitaria al Desarrollo. Esa condición tiene acogida en los estatutos de la Universidad de Zaragoza, materializándose en un volumen relevante de actividades de su comunidad universitaria (personal docente e investigador, personal de administración y servicios y estudiantes) en ese ámbito.

Es objetivo de este Rectorado incardinar ese conjunto de iniciativas en una política de cooperación al desarrollo de la Universidad de Zaragoza que permita aprovechar sinergias y maximizar los beneficios. Con ese fin se dieron desde el principio del actual mandato algunos pasos, iniciados con la mejor identificación de esta área en la propia estructura institucional mediante el cambio de denominación del vicerrectorado correspondiente, llamado ahora de Internacionalización y Cooperación y, dentro del mismo, con la creación de una dirección de secretariado en materia de cooperación.

Esto no es, obviamente, un fin en sí mismo, sino que se concibe como el medio para ofrecer a los miembros de la comunidad universitaria todo el apoyo posible para que sus iniciativas, en las que descansa de manera muy importante la dimensión solidaria de la acción de nuestra universidad, tengan mayores posibilidades de ofrecer resultados satisfactorios. En esa línea se inscriben los objetivos de crear una Oficina de Cooperación al Desarrollo de la Universidad de Zaragoza y dibujar un mapa de cooperación al desarrollo, considerados como instrumentos que ayuden a garantizar la coordinación, favoreciendo definición más precisa de los intereses de la institución en este ámbito.

Dos son los espacios fundamentales de la cooperación al desarrollo que tienen lugar en el contexto de la Universidad de Zaragoza: formación y actividades sobre el terreno. En el primero de esos planos ocupa un lugar preferente la Cátedra de Cooperación para el Desarrollo, que con el apoyo del Gobierno de Aragón y la Federación Aragonesa de Solidaridad lleva 10 años desarrollando acciones en diversas áreas, entre las que debe subrayarse el Máster Propio de Cooperación para el Desarrollo, que en la nueva edición presenta importantes novedades en términos curriculares. En el plano de las actividades sobre el terreno no puede dejar de mencionarse nuevamente el apoyo del Gobierno de Aragón, con el cual se suscribe anualmente un convenio que permite que miembros de la Universidad de Zaragoza desarrollen proyectos en diversas partes del mundo, en este nuevo curso académico concretamente en Senegal y los campamentos de refugiados del Sáhara. A eso se añaden los proyectos que apoya la universidad con fondos propios -como el de salud que viene desarrollándose en Filipinas- ampliando el espectro de actividades solidarias de nuestro personal tanto docente e investigador, de administración y servicios y, cómo no, de nuestros estudiantes.

Es el firme propósito de este equipo rectoral seguir impulsando este tipo de actividades para que nuestra universidad sea considerada un referente importante de la cooperación al desarrollo aragonesa.