El pasado domingo, 23 de septiembre, se celebró el Día Internacional Contra la Explotación Sexual y la Trata de Personas. Una fecha que Médicos del Mundo Aragón, con la colaboración del Instituto Aragonés de la Mujer, aprovechó para llevar a cabo la campaña Yo no soy putero.

Para esta oenegé, «la explotación sexual de mujeres es una forma más de violencia de género, propia de culturas patriarcales y machistas». Por ello, «visibilizar a los hombres no puteros es imprescindible para conseguir relaciones más igualitarias». Por ello, esta campaña se ha dirigido a los hombres, quienes tienen la responsabilidad «de cambiar la realidad social en la que vivimos, cuestionando su roles tradicionales y haciendo también suya la lucha contra la explotación sexual de mujeres».

La Organización Internacional del Trabajo cifra en 4,5 millones de personas el número de víctimas de explotación sexual en el mundo. El 90% son mujeres y niñas. En España, las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado calculan que hay unas 45.000 mujeres prostituidas, casi 14.000 de ellas en riesgo de ser víctimas de trata.

España es el segundo país de Europa y el tercero del mundo en demanda de prostitución y uno de los países de mayor tránsito y destino de víctima de trata con fines de explotación sexual. Una de las causas de la explotación sexual de mujeres y niñas es la alta demanda masculina de prostitución. El 39% de los españoles ha pagado alguna vez por consumir prostitución.

Médicos del Mundo considera que la trata de seres humanos con fines de explotación sexual y la prostitución son dos realidades indisociables, que representan una vulneración sistemática de los derechos humanos.