Este lunes se celebró el Día Internacional de las Personas Cuidadoras, una jornada dedicada a quienes desempeñan funciones de cuidado de un familiar dependiente o enfermo. En Aragón, el 89% de las de las personas que tienen encomendada esta misión, de forma no profesional, es mujer. De ellas, el 32% ha tenido que ajustar el horario laboral para conciliar su situación familiar y el 18% ha abandonado su empleo, según datos del observatorio de personas mayores del Imserso. Además, el 65% de los cuidadores, hombres y mujeres, tiene una edad comprendida entre 45 y 60 años.

Cruz Roja Zaragoza es consciente de esta situación y ofrece una atención integral para mejorar la calidad de vida de las personas cuidadoras no profesionales mediante varias líneas de trabajo. En primer lugar, facilita al cuidador unas horas de respiro con voluntariado; enseña herramientas útiles para gestionar el cuidado y su propio cuidado; facilita intervención psicoterapeútica, individual y grupal, para evitar el aislamiento, expresar y controlar las emociones; además, proporciona orientación y apoyo en trámites administrativos relacionados con la dependencia y actividades de ocio y tiempo libre.

A menudo, los cuidadores presentan dolencias físicas y mentales como la ansiedad, la tristeza o la culpa. «Queremos que no se sientan solas y tengan un punto de encuentro donde relatar sus vivencias y conocer a otras personas en las mismas circunstancias y que hay recursos para expresar y afrontar la situación que viven, tanto de Cruz Roja como de otras organizaciones. Todas nos complementamos y hay mucho desconocimiento», comenta Marina Gállego, psicóloga de Cruz Roja Zaragoza.

«Desde Cruz Roja no distinguimos entre un cuidador que tenga a un familiar en su casa, en una residencia o en un centro de día. Todos son cuidadores y no significa que estén menos atendidos por ello: hay que estar pendiente de ir a visitarlos, de las citas médicas, de los papeles administrativos...Y delegar no es abandonar. Es muy habitual que sufran ese conflicto emocional», concluye esta trabajadora de la organización humanitaria.