Ante el panorama que el covid-19 está generando, las oenegés aragonesas piden a las administraciones públicas que aborden el futuro de las políticas de cooperación al desarrollo de forma dialogada y consensuada con las plataformas que aglutinan a las organizaciones de la sociedad civil implicadas. Y les instan a hacerlo con amplitud de miras y voluntad colaborativa.

Las organizaciones humanitarias plantean incluso una interpretación diferenciada de la normativa regulatoria de subvenciones. Creen que la forma en que algunas instituciones públicas están aplicando el real decreto que regula el estado de alarma demuestra que esto es posible. Para problemas excepcionales, piden soluciones igualmente extraordinarias.

La paralización de actividad de las oenegés traería como resultado despidos. Por ello, demandan facilidades y flexibilidad en los plazos y a la hora de adaptar sus estrategias, permitiendo incluso imputar gastos a proyectos que hayan sido suspendidos, para que los equipos humanos puedan poner toda su energía y creatividad al servicio de nuevos objetivos compartidos.

También piden que se tenga en cuenta que cancelaciones, reubicaciones de personal y otros imprevistos supondrán gastos adicionales y extraordinarios para las oenegés.

La Federación Aragonesa de Solidaridad (FAS) defiende que la ayuda oficial al desarrollo no puede ser una de las grandes damnificadas entre las partidas presupuestarias, como ya ocurrió tras la crisis del 2008. «Sería una incoherencia política frente a la evidente necesidad de reforzar la colaboración», sostienen en un documento que remitido a las instituciones públicas que les financian.

Reclaman que los plazos de presentación de las solicitudes de subvenciones no sean demasiado ajustados, ya que prevén que cuando se reanude la actividad administrativa se va a producir un aluvión de convocatorias, dado que las que estaban previstas se van acumulando. Y esperan que las condiciones extraordinarias provocadas por la pandemia sean uno de los principios que guíe la redacción de las bases que regirán las subvenciones que quedan pendientes de convocar a lo largo de este año.

Además, inciden en que, aunque «la ayuda humanitaria será vital para solventar el colapso, no debemos perder la perspectiva de una construcción de justicia global internacional a través de los proyectos de cooperación al desarrollo».