Una delegación del comité español de la UNRWA, compuesta por su directora ejecutiva, Raquel Martí, y por Lucía Martínez, técnica de proyectos, visitó la semana pasada Zaragoza para trasladar a los gobiernos de Aragón y de la capital aragonesa su preocupación por la penosa situación que están viviendo actualmente los refugiados palestinos. Esta delegación mantuvo dos reuniones con los equpos técnicos de cooperación al desarrollo de ambas instituciones y son sus responsables políticas, la consejera del Gobierno de Aragón, María Victoria Broto, y la vicealcaldesa de Zaragoza, Luisa Broto.

La solidaridad de los aragoneses con el pueblo palestino viene de lejos. «El Gobierno de Aragón nos ayuda cada año con las emergencias en Oriente Medio destinadas a los refugiados de Palestina. Y todos los años nos financian algún proyecto», destacó Raquel Martí.

«La colaboración empezó en el año 2009 con acciones de apoyo escolar, y hasta el 2012 se desarrolló con financiación aragonesa un programa para completar la alimentación de los niños en el colegio», señaló Mari Cruz Obis, jefa del servicio de Cooperación al Desarrollo de la DGA. «A partir del 2014, la UNRWA pensó que el mayor problema con los palestinos lo tenía en Siria, y a partir de ahí cambiamos la ayuda de Gaza a este otro país», detalló.

Aunque, la institución aragonesa más veterana en estas lides es el Ayuntamiento de Zaragoza, que colabora con la UNRWA desde 1997. Y, según aseguró este jueves la vicealcaldesa Luisa Broto, «el compromiso del consistorio con los refugiados palestinos sigue siendo firme».

Solo en la última década, Zaragoza ha invertido más de un millón de euros entre proyectos de desarrollo y ayuda de emergencia para los palestinos a través de esta agencia de las Naciones Unidas. Por ejemplo, el año pasado financió la adquisición de una clínica móvil, por valor de 60.000 euros.

La ayuda más reciente que ha llegado a la UNRWA desde Aragón estaba financiada a partes iguales por el Gobierno de Aragón y el Ayuntamiento de Zaragoza, que aportaron casi 50.000 euros cada uno, a través del Comité Aragonés de Emergencias -órgano integrado por las administraciones públicas y las oenegés aragonesas de desarrollo-.

La finalidad de esta ayuda fue la adquisición de kits higiénicos -pañales, compresas, etc.- y de invierno -materiales de abrigo- para los refugiados palestinos que se encuentran desplazados en Siria a causa de la guerra.