El foco de la atención internacional está puesto en Venezuela. Y en los últimos días, más concretamente, en el paso fronterizo por el que Estados Unidos pretende introducir ayuda humanitaria desde Colombia. Pero, más allá de analizar el juego de poderes que se esconde entre ese intento estadounidense de llevar productos de primera necesidad al país y la negativa del Gobierno bolivariano a rebirlos, pocos medios han reparado en la verdadera utilidad de la carga de los camiones que aguardan en la frontera.

Un ejemplo de mala praxis en la donación de medicinas es el cargamento de suministros sanitarios que viaja en el convoy estadounidense que espera para atravesar el paso hacia Cúcuta. Y es que «una de las prácticas que exige la Organización Mundial de la Salud (OMS) para las donaciones de medicamentos es que previamente las autoridades sanitarias del país hayan identificado qué es lo que se necesita», explica Iñaki García Aroca, responsable de la delegación de la oenegé Farmamundi en Aragón.

Pero también es cierto que este caso tiene múltiples aristas, pues no parece que el Gobierno de Maduro vaya a identificar las necesidades farmacológicas de su país, puesto que esto equivaldría a reconocer que Venezuela necesita ayuda exterior, con lo que cargaría de razón a la oposición. Pero García Aroca se muestra tajante al respecto. «La situación de la que estamos hablando es peculiar, pero la OMS normaliza y aplica los mismos criterios para todos los casos y bajo cualquier circunstacia», señala.

Además, repecto del convoy estadounidense que pretende llegar a Cúcuta, Iñaki se pregunta «en qué condiciones de conservación estarán esos medicamentos», dadas las altas temperaturas y la elevada humedad relativa de la zona donde aguardan los camiones.

Hace dos años, cuando empezaron a hacerse evidentes los problemas de desabastecimiento de medicinas en Venezuela, el Gobierno de Aragón quiso poner en macha un programa para proveérselos a la comunidad aragonesa asentada en ese país. Paralelamente, en la sede de la delegación aragonesa de Farmamundi también llevaban tiempo recogiendo solicitudes de información de cómo se podían hacer llegar medicamentos al extranjero, «sobre todo de asociaciones de inmigrantes que viven en Aragón y querían enviarlos a sus países de origen», puntualiza García Aroca. «A partir de ahí entendimos que podíamos elaborar un proyecto y lo presentamos a la convocatoria de subvenciones de cooperación al desarrollo del Gobierno de Aragón en el año 2017», agrega.

Y aquella propuesta de educación para el desarrollo, que acabó denominándose Donaciones y microdonaciones apropiadas de medicamentos, está viendo la luz en estos momentos. Su objetivo es hacer llegar a la población aragonesa la necesidad de donar medicamentos y la existencia de malas prácticas en torno a estas donaciones.

Una de las iniciativas asociadas a este proyecto es un observatorio que Farmamundi ha creado para identificar y analizar las donaciones de medicamentos que se realizan desde la comunidad a países con problemas de acceso a tratamientos.

Para su puesta en marcha ha contado con más de 25 instituciones públicas y privadas aragonesas, entre las que hay organizaciones humanitarias como Médicos del Mundo o Cruz Roja; entidades de cooperación al desarrollo como Cáritas o la Federación Aragonesa de Solidaridad (FAS); agrupaciones de migrantes y asociaciones de codesarrollo como las que se aúnan en Africagua; los colegios de farmacéuticos de las tres provincias aragonesas y farmacias a título individual, sobre todo de barrios con altos índices de población inmigrante.

«La idea de este observatorio -apunta García Aroca- no es hacer un estudio estadístico, sino dejar constancia de las donaciones y microdonaciones de medicamentos», porque hasta ahora nadie lo estaba haciendo. Farmamundi se asegurará de su grado de adecuación a las buenas prácticas de donación, dado que estas no pueden hacerse de cualquier manera, sino que al tratarse de un producto tan sensible como son las medicinas, tanto su entrega como su almacenamiento, transporte y recepción en destino han de seguir unos cauces determinados por la OMS para que la donación sea válida.

Las organizaciones integradas en el observatorio constituyen un grupo de seguimiento. Todas ellas reciben solicitudes para la obtención de medicamentos con intención de ser enviados fuera del país. Hasta el próximo mes de marzo, las registrarán de manera sencilla para su posterior estudio por parte de Farmamundi. Así, en el registro se recogerá información sobre las características del solicitante, la zona geográfica a la que se pretende hacer el envío de los medicamentos, los mecanismos de transporte y entrega y el tipo de fármacos que se solicitan.

Otra acción desarrollada en el marco de este proyecto fue la obra Ya te daré lo que me sobra, de Teatro Indigesto, que ya ha girado por las tres capitales aragonesas. La próxima actividad va a ser doble, y tendrá carácter formativo. Una se dirigirá al personal sanitario receptor de este tipo de demandas: farmacéuticos, trabajadores sociales de centros de salud y empleados de oenegés. La otra pata de esta formación será un taller para colectivos sociales que demandan donaciones de medicinas, muchos de los cuales, señala Iñaki, «tienen dificultades para hacerlas», por las restricciones propias del producto.