Nerviosismo, pereza, ilusión por los reencuentros... Septiembre supone toda una amalgama de sentimientos, en ocasiones contradictorios, pues este mes es sinónimo de vuelta al cole, al menos para aquellos niños que viven en este lado del mundo. Pero esto no es así en todo el planeta.

Cuando en la República Dominicana comienzan las vacaciones de verano, en India inician el nuevo curso. Y cuando en la República Democrática del Congo están empezando las clases, en Guatemala las están finalizando.

Cada uno de estos países es diferente, pero todos ellos tienen dos cosas común: en ninguno está garantizado el derecho a la educación y, a su vez, en los cuatro está presente InteRed. Esta oenegé española especialista en educación y género, asentada también en Aragón, lucha por darle la vuelta a esta injusta realidad.

Y es que no hay que olvidar que la alfabetización es un derecho que ayuda a reducir la pobreza, transforma la vida de las personas, impulsa la dignidad, aumenta las oportunidades económicas y fomenta la participación social.

«No saber leer y escribir es el principal indicador de exclusión y desigualdad, además de un obstáculo para la consecución de una vida plena», sostiene Ana Arancibia, directora de InteRed.

Sin embargo, el acceso universal a la educación sigue siendo una asignatura pendiente en muchos países, y presenta además un claro sesgo de género. Según Naciones Unidas, 750 millones de personas adultas no saben leer ni escribir, de las cuales el 64% son mujeres. Y, tal y como recoge la Unesco, más de 144 millones de niñas y 115 millones de niños se encuentran sin escolarizar en el mundo.

A escala global, InteRed identifica varios grupos poblacionales como los más vulnerables ante el incumplimiento del derecho al acceso a la educación: los habitantes de las zonas rurales, las comunidades indígenas, la infancia trabajadora, las personas que viven en situación de pobreza y los adultos con necesidades de aprendizaje.

Para que estos grupos tengan más y mejores oportunidades, desde InteRed consideran como «requisitos mínimos e indispensables» promover el aumento de la escolarización entre estos colectivos, en particular las niñas, con una mayor equidad entre los sexos, e incrementar la calidad de la educación, mejorando la formación de los docentes, el material de aprendizaje y las infraestructuras escolares.

Pero estas medidas son solo el punto de partida. Promover el acceso universal a la educación requiere de una mayor amplitud de miras, pues esta tarea ha de abordarse de manera transversal, ya que las causas del analfabetismo en el mundo son muy diversas. En InteRed opinan que el origen está en las actitudes machistas que llevan a la desigualdad entre los sexos por la posición de las mujeres y niñas en la sociedad, pero también en la falta de equipamientos en las zonas rurales remotas y alejadas de los centros educativos, en la pobreza de las familias o, simplemente, en el hecho de hablar una lengua minoritaria.

Estas inequidades tienen también un reflejo tangible en la economía y en la sociedad. Mujeres y niñas constituyen el 70% de la población mundial que se encuentra bajo los umbrales de la pobreza, y sus condiciones de exclusión están directamente relacionadas con la discriminación de género, que empieza por la escuela. De entre todas estas féminas pobres y analfabetas, un colectivo especialmente afectado es el de las niñas y mujeres indígenas de zonas rurales.

InteRed apuesta por modelos educacionales interculturales que partan del respeto y la valoración de la diversidad y que busquen erradicar la discriminación y la exclusión. En esta oenegé tienen claro que, solo a través de la aplicación de la perspectiva de género a las políticas educativas, se logrará revertir esta situación.