La Conferencia sobre Cambio Climático de Naciones Unidas (COP25) tendrá lugar en Madrid entre el 2 y el 13 de diciembre. Así lo anunció, el pasado 1 de noviembre, la secretaria ejecutiva de la ONU para el Cambio Climático, Patricia Espinosa, que de esta forma aceptaba la oferta planteada por el presidente en funciones de Pedro Sánchez. El Gobierno confirmó el jueves que Sánchez había ofrecido Madrid como sede de la cumbre que inicialmente iba a tener lugar en la capital de Chile y cuya celebración se había anulado por las últimas protestas. El presidente chileno, Sebastián Piñera, agradeció la «generosa oferta» y confió en que supusiese una solución a su «dolorosa» renuncia.

La COP25 es la cumbre climática más importante en todo el mundo. Su primer informe fue publicado en 1990 y reconoció formalmente la responsabilidad humana en el cambio climático. La primera Conferencia de Partes (COP) en la historia se realizó en Berlín en 1995 y, hasta la fecha se han celebrado 24. Es decir, que España acogerá su 25 aniversario. Una gran noticia que han aplaudido desde todas las organizaciones ecologistas españolas, pero que también conlleva una gran responsabilidad. «Vivimos una situación de emergencia climática, por lo que dónde se tomen las decisiones no debería distraer de ninguna manera de lo que la ciencia exige: que nos mantengamos por debajo de 1,5°C», declara Mario Rodríguez, director de Greenpeace España.

La oenegé ecologista recuerda que la responsabilidad es que el Gobierno empuje a la Unión Europea a liderar las negociaciones que avancen los acuerdos alcanzados en la Cumbre de París. «Greenpeace recuerda al Gobierno español que es importante mantenerse alineado con los países progresistas dentro y fuera de la Unión Europea para impulsar una mayor ambición climática. La UE debe tomar la iniciativa y elevar su ambición para reducir sus emisiones un 65% para el 2030 y alcanzar el cero neto para el 2040», subraya.

La importancia de la cumbre

En este sentido, hacen dos peticiones: por un lado, «debe haber un acuerdo político, después de las elecciones, para formar un Gobierno progresista dispuesto a actuar de acuerdo con la emergencia climática que enfrentamos»; y, en segundo lugar y «en coherencia, el Gobierno debe rechazar rotundamente la decisión de Trump de abandonar el Acuerdo de París, que ya se ha materializado», recalcan desde la oengé.

La principal misión de la COP es favorecer la acción climática concreta, asegurar la integración formal del mundo científico y del sector privado. Esto, logrando una transición hacia el incremento de la acción que sea percibida por la ciudadanía. El eje estará enfocado en siete temáticas principales: océanos, Antártida, biodiversidad, bosques, adaptación, ciudades, energías renovables, economía circular y electromovilidad.

Asimismo, entre los grandes temas, la cumbre abordará el artículo 6 del Acuerdo de París, el único que sigue sin definición. Se trata de un marco de reglas que facilitaría la cooperación entre países para disminuir las emisiones. Es un sistema de mercado de carbono, en el que los países puedan intercambiar, comprar y vender bonos de carbono. También se dabatirá sobre qué pasará con el Mecanismo Internacional de Varsovia (WIM), creado paraenfrentar las pérdidas y daños inmediatos que genera el cambio climático. Por un lado, los países desarrollados, como Estados Unidos, la Unión Europea y Australia, evalúan positivamente su funcionamiento, y apuestan a que se mantenga como está. Del otro están los países en desarrollo, sobre todo de África y América Latina, críticos de un sistema creado para enfrentar los desastres de la crisis climática, pero que en cinco años no ha generado alternativas de financiación para comunidades más vulnerables. El tema que generó más polémica en Bonn (COP23) fueron los informes. En el 2018, el Panel Intergubernamental de expertos del Cambio Climático (IPCC), que reúne a científicos de todo el mundo, publicó un estudio que evidencia la enorme diferencia que supondría para la Humanidad que el calentamiento grobal aumentase en 1,5°C en vez de en 2°C hasta 2030. Estados Unidos y Arabia Saudita cuestionaron la metodología, un tema que volverá a sonar en el COP25.