La negativa del nuevo Gobierno xenófobo de Italia a acoger al Aquarius, un barco de rescate cargado con 629 naúfragos, y el ofrecimiento de España para acogerlos, ha vuelto a traer a la actualidad el drama de los migrantes y refugiados que arriesgan su vida para cruzar el Mediterráneo en busca de una vida mejor. Pero, desde hace ya demasiados años, esta tragedia humanitaria no cesa, y dos organizaciones zaragozanas nunca han dejado de tenerlo presente.

La Federación Aragonesa de Solidaridad (FAS) y la Plataforma Ciudadana contra el Racismo harán hoy entrega de una donación a tres oenegés que ayudan, en distintos lugares del planeta, a población migrante y refugiada en las diferentes etapas de su trayecto hacia una nueva vida. Se trata de Proyde, que trabaja en la frontera de Sudán del Sur con la República Democrática del Congo; Caminando Fronteras, cuya labor se centra en Marruecos; y Accem, que lo hace en Zaragoza.

Cada una de estas tres oenegés recibirá 2.559,09 euros para sus respectivos proyectos. Este dinero es fruto de la recaudación de un concierto solidario que organizaron hace tres meses en la capital aragonesa la plataforma y la federación. Este concierto formaba parte de la campaña de sensibilización Migrar #EsUnDerecho.

El proyecto de Proyde consiste en dotar de ayuda humanitaria a los habitantes del campo de refugiados y desplazados internos del campo de Riimenze, en Sudán del Sur. La intervención busca paliar los efectos de la hambruna que sufre la región en medio de una situación de grave vulneración de derechos. «La situación es sobrecogedora. Cada día muere un niño o un anciano. Las oenegés han visitado la zona puntualmente, pero no se hacen cargo del campo» comentaba en marzo, días antes del concierto, Yudith Pereira, directora ejecutiva adjunta de Solidarity with South Sudan, cuya plataforma española la forman SED, Proclade, además de Proyde.

Desde el año pasado, estas organizaciones españolas están respondiendo a la llamada de emergencia de Solidarity, su contraparte local. Pero las necesidades por cubrir siguen siendo muchas.

Caminando Fronteras, por su parte, lleva trabajando desde el año 2002 en Marruecos con inmigrantes del África Subsahariana en tránsito hacia Europa. Adoptando una forma de trabajo en red, la estructura del colectivo engloba un amplio abanico de profesionales de distintas disciplinas, cuya aportación es totalmente voluntaria, nutriéndose asímismo de personas migrantes que colaboran de forma horizontal en las diversas fases del proyecto.

Este colectivo saltó el año pasado a la fama por el procesamiento judicial en Marruecos de Helena Maleno, una de sus integrantes, acusada de tráfico ilegal de seres humanos. Y es que, además de un trabajo humanitario, Caminando Fronteras desarrolla una labor de denuncia que resulta bastante incómoda a las autoridades del país.

En Aragón

Por otro lado, el proceso de acogida y refugio consta oficialmente en España de tres fases diferenciadas. La intervención de Accem a la que irá destinada la recaudación del concierto solidario se centra en la denominada de manera oficiosa cuarta fase, en la que han cesado las ayudas del Estado.

En este proyecto colabora el Ayuntamiento de Zaragoza, y consiste en dotar a la ciudad de un recurso municipal de acogida a refugiados. Tiene un carácter complementario al programa estatal, y su finalidad es atender las necesidades que no quedan cubiertas por este para conseguir la plena integración de estas personas en la sociedad zaragozana. Comprende desde su proceso de inserción social y laboral hasta la cobertura de sus necesidades básicas de alojamiento y manutención, pasando por su formación o por el acompañamiento de estas personas demandantes de protección internacional.