Cientos de miles de refugiados corren el riesgo de ser obligados a regresar a Siria en el 2018, a pesar de la violencia y los continuos bombardeos que siguen poniendo en peligro la vida de los civiles, según advierte un informe publicado este lunes por las principales organizaciones humanitarias presentes en la región. Esta alerta se produce en medio de la reacción global contra los refugiados, las duras condiciones en los países vecinos que acogen a los sirios y las victorias del gobierno sirio en el conflicto que han creado una imagen engañosa que sugiere que Siria es segura para el regreso de los refugiados.

El informe de Save the Children, Acción contra el Hambre, el Consejo Noruego para los Refugiados (NRC), Care International, el Consejo Danés para los Refugiados (CDR) y el Comité Internacional de Rescate (IRC) advierte de que los gobiernos europeos, Estados Unidos y la región están cerrando sus fronteras y obligando a los refugiados sirios a retroceder -o debatiendo medidas para hacerlo-, poniendo en riesgo miles de vidas. Pese al cambio de la situación del conflicto en Siria, el país sigue siendo peligroso como lo demuestra la intensificación de los enfrentamientos en Idlib y en el este de Guta.

El informe muestra que, mientras el número de sirios que regresaron -la mayoría eran desplazados internos- aumentó de 560.000 a 721.000 entre el 2016 y el 2017, por cada repatriado hubo tres nuevos desplazados por la violencia. Alrededor de 2,4 millones de sirios, más de 8.000 al día, huyeron de sus hogares en los primeros nueve meses del 2017l y 1,5 millones se desplazarán en el 2018, según Naciones Unidas.

Aunque en el 2017 la violencia se redujo en algunas áreas de Siria, esta aumentó en otras regiones y cientos de personas murieron o resultaron heridas. La población civil aún se enfrenta a los bombardeos aéreos, morteros y trampas explosivas cada día.

Sin embargo, con las difíciles condiciones de los refugiados en la región, que siguen empeorando y las pocas oportunidades de reasentamiento en otros países, muchos de los sirios que buscan seguridad podrían terminar tomando otras rutas peligrosas e ilegales para llegar a países alternativos o sentirse empujados a regresar a Siria.

El Secretario General de NRC, Jan Egeland, explica que «la mayoría de los refugiados sirios y los desplazados internos viven en condiciones terribles y desean volver a sus casas, pero su regreso debe realizarse de forma voluntaria y segura y con asistencia y protección. Ahora, el regreso no sería seguro ni voluntario para la gran mayoría que huyó de la guerra y la violencia».

Para Andrés Conde, director general de Save the Children en España, «ningún niño debería tener que regresar a su hogar antes de que sea seguro y en este momento, muchas partes de Siria son inseguras para los niños. Las bombas siguen cayendo y los servicios básicos como las escuelas y los hospitales están en ruinas».

Christian Friis-Bach, secretario general del Consejo Danés para los Refugiados, afirma que «el regreso seguro y sostenible significa que pueden regresar a su hogar, estar seguros y tener acceso a agua, escuelas y clínicas». Sin una garantías de seguridad ni reconstrucción, «no debemos forzar a la gente a regresar. Necesitamos que su regreso sea voluntario, seguro y sostenible, o el futuro será imperdonable y nos recordará nuestros fracasos».