La visita a España del barco insignia de Greenpeace, el Rainbow Warrior, con el lema Cambia la energía, no el clima, nos ha servido para constatar que existe una sensibilidad muy fuerte en la sociedad a favor de acelerar la transición energética y tener un papel más protagonista en ella. Para salvar nuestro planeta y nuestra propia supervivencia es necesario eliminar las energías fósiles (gas, petróleo, carbón) de la ecuación energética y, por ello, la ciudadanía tiene que tomar cartas en el asunto. Desde ya mismo, cada persona puede convertirse en prosumidores de energía, bonita palabra para decir que ya no seremos simples pagadores de facturas eléctricas sino que podemos, por fin, producir y consumir nuestra propia energía limpia y renovable. Lo ridículo era no hacerlo.

Tras el fin del vergonzoso impuesto al sol, y mientras ciudades como París o Londres baten estos días récords históricos de máximos de temperaturas, las preguntas desesperadas que se suceden en las conversaciones son: ¿a qué esperan nuestros gobiernos a actuar? ¿qué puedo hacer yo? Al tiempo que presionamos y demandamos medidas políticas concretas, la sociedad ya está creando con mucha imaginación, a través del trabajo colectivo, soluciones alternativas con energías renovables. Y en Greenpeace estamos difundiendo todas estas iniciativas que ya recorren la geografía nacional.

Algunas soluciones pasan por utilizar los tejados para autoproducir energía instalando paneles fotovoltaicoss. Si no tienes tejado pero dispones de 100 euros, puedes participar en proyectos para que otros inviertan en renovables y así puedas consumir electricidad verde a precio de coste. Es lo que se conoce como autoproducción colectiva a distancia. O puede que tengas unos ahorros y quieres frenar el cambio climático. En este caso hay diferentes opciones: puedes ser copropietario de una instalación renovable o prestar dinero (que luego recuperas con la rentabilidad del proyecto). Incluso donar una pequeña cantidad para que esta instalación renovable sea una realidad y que, con sus electrones verdes, se haga innecesaria una producción equivalente en centrales contaminantes. E incluso existen varios proyectos todavía más disruptivos, como la gestión de la demanda y la compra venta directa de energías renovables. Todo ello se puede consultar ampliamente en nuestra web: greenpeace.es/alternativas-energeticas.

Sé que miles de personas lo harán, pues la revolución ciudadana es imparable. Miles de personas han demostrado durante todo el mes de julio las ganas de convertirse en ciudadanos energéticos, de cambiar un sistema energético en manos de las cinco mismas compañías que hacen un lavado de cara ofreciendo renovables pero manteniendo sus centrales contaminantes. Todos se han preguntado cómo un país tan rico en recursos renovables sigue usando más energías sucias que energías limpias y renovables. Y en vista del desastre que están generando los combustibles fósiles, ¿quién no querría ser partícipe de la energía limpia y salvar nuestro planeta?