La coherencia de políticas para un desarrollo sostenible e inclusivo requiere modificar los ordenamientos jurídicos nacionales e internacionales para que lleven hacia él. Lo que plasman las leyes es lo que surge del consenso social, y la historia demuestra que son posibles avances en contra de estamentos dominantes, pero eso siempre viene detrás de fuertes luchas de ideas y de acciones.

Ningún colectivo va a propugnar una lucha social para forzar el cambio en las relaciones internacionales. Pero sí hay muchos que han sido sensibles a las palabras de Julius Nyerere, que J. M. Leza suele recordar: «Guardaos vuestro dinero y empleadlo en explicar a vuestros conciudadanos por qué los míos viven así».

Más allá de proyectos de cooperación, es necesaria la sensibilización, la creación de una cultura del cosmopolitismo y la educación para el desarrollo y la ciudadanía global.

Es lo que la Universidad de Zaragoza lleva a cabo a través de su Cátedra de Cooperación para el Desarrollo desde hace diez años.