Pese a que Haití se salvó de un golpe directo del huracán Irma y, según informes tempranos, ha sufrido un daño menor de lo que las autoridades temían, este nuevo envite a un país ya de por sí maltrecho ha aumentado el riesgo de cólera y de crisis alimentaria. La isla es extremadamente vulnerable, con una pobreza extrema profundamente arraigada, infraestructuras débiles y frecuentes brotes de cólera. Con la mayor parte de su población dependiente de la agricultura a pequeña escala para la supervivencia, incluso el mínimo daño podría castigar severamente a las comunidades en el norte.

El año pasado, el huracán Matthew causó daños a largo plazo a los medios de subsistencia de las comunidades rurales. Según informa la oenegé Acción contra el Hambre, 1,7 millones de personas están experimentando niveles de inseguridad alimentaria de crisis en Haití, y 2,3 millones más están haciendo frente a niveles de estrés. Esto significa que casi el 40% de la población haitiana sufre inseguridad alimentaria de moderada a severa.

Aunque Irma no golpeó tan fuertemente como se preveía, la mayoría de las comunidades en el norte viven en una situación de pobreza extrema y apenas cuentan con los recursos mínimos para la reconstrucción.

Aún recuperándose

Haití está trabajando para recuperarse de la crisis alimentaria que sufre, así como del impacto del huracán Matthew, que arrasó el 90% de los hogares en determinadas áreas y destruyó la agricultura, la pesca y los medios de subsistencia a pequeña escala de comunidades enteras, privándolas de bienes o fuentes de ingresos.

«Haití ya es frágil. No podemos perder de vista el hecho de que el país ha estado experimentando una crisis alimentaria, y esta tormenta podría arrastrar a las familias con menos recursos a una crisis más profunda. Es vital responder primeramente a las necesidades básicas, para pasar rápidamente a las actividades de recuperación que permitan a la población afectada recobrar sus medios de subsistencia y sus fuentes de ingresos», afirma Mathieu Nabot, portavoz de Acción contra el Hambre en este país caribeño.

Esta oenegé, que también cuenta con una delegación en Aragón, ya ha desplegado sus equipos de emergencia sobre el terreno en las comunidades de Alto Artibonite y en la región noroeste para llevar a cabo evaluaciones de necesidades básicas. «Estamos preparados para suministrar diariamente agua potable, kits de higiene de emergencia y otros artículos de socorro esenciales para dar respuesta a las necesidades inmediatas de 6000 personas», apunta Mathieu Nabot.

Asimismo, la organización humanitaria cuenta con programas activos en el norte de Haití. Tras el paso de Irma, se han preajustado los suministros de socorro de emergencia y, a la espera de más información sobre el alcance de las necesidades y los daños, se movilizará a 10 equipos a las zonas más afectadas del Alto Artibonite y de toda la región noroeste de Haití.