El próximo 27 de septiembre, las organizaciones que trabajan en el ámbito de la cooperación internacional pararán. La Coordinadora de Oenegés de Desarrollo de España (Congde) secunda la primera huelga global contra el cambio climático, a la que también se unirán las entidades de la Federación Aragonesa de Solidaridad.

Del día 20 al 27 de este mes hay convocada una semana de acción global por el clima, que desembocará en la huelga mundial. Esto coincide en el tiempo con la Asamblea de la ONU, durante la que los estados celebrarán una cumbre climática, el día 23. «Es un momento de presión cívica global para que nuestros representantes políticos tomen las decisiones que tienen que tomar» apunta Antonio Amayuelas, presidente de la Congde. «Y las organizaciones de desarrollo tenemos que estar ahí para llevar el testimonio de todas las comunidades con las que estamos trabajando y que se están viendo afectadas por el cambio climático», agrega.

Naciones Unidas habla ya de 34 países que afrontan crisis alimentarias relacionadas con el clima. Al igual que las oenegés tuvieron que interiorizar el enfoque de derechos humanos y el de género, ya no pueden planificar sus acciones sin atender a la sostenibilidad ambiental. El cambio climático se ha convertido en un elemento determinante para la vida de muchas de las comunidades más vulnerables del planeta y, por lo tanto, para el trabajo de las organizaciones de desarrollo.

El éxodo ha comenzado

Hasta hace poco, se decía que en un futuro no muy lejano habría refugiados ambientales. Pero ese futuro ya es presente. A principios de esta década, pequeñas islas de la Micronesia ya tuvieron que ser abandonadas por el aumento del nivel del mar. El fenómeno cíclico de los monzones en el sudeste asiático cobra mayor virulencia cada vez. Y los cambios meteorológicos han forzado el desplazamiento de poblaciones enteras en Centroamérica. Según datos de la Unión Europea, 258 millones de personas se han visto obligadas a migrar por razones medioambientales.

«No hemos estudiado el verdadero origen de los motivos por los que la gente migra», reflexiona el presidente de la Congde. «Muchos lo hacen para buscar un trabajo que les permita tener una vida mejor. Pero a menudo esto está vinculado a causas relacionadas con el cambio climático, como la imposibilidad de seguir cultivando lo mismo de siempre o el agotamiento de la pesca en costas como la de Senegal».

Por lo tanto, afirma Amayuelas, «en este momento ya hay un montón de personas que pueden ser englobadas bajo el concepto de refugiados climáticos». Pero serán muchas más en el año 2050. «El Banco Mundial estima que, para entonces, 150 millones de personas habrán abandonado su hogar por motivos ambientales». Pero estas son solo las estimaciones más conservadoras. «Otros estudios aumentan la cifra hasta los 200 millones. Pensemos que esto son casi cinco Españas», alerta.

Estas cifras hacen palidecer la nada desdeñable cantidad de más de 65 millones de refugiados que en estos momentos hay en el planeta, según estimaciones de la ONU. Y más aún si se atiende a otros informes, que incluso elevan el cómputo hasta los 1.000 millones los desplazados por el clima para el año 2050.

Las cifras bailan tanto de una fuente a otra porque, a pesar de la gravedad de la situación, es difícil contabilizar cuántas personas serán refugiadas climáticas porque el concepto no está contemplado en ninguna legislación internacional. Y, por lo tanto, no está definido con rigor.

«Está claro que el clima es el causante de haber dejado sin hogar a miles de personas tras el paso del huracán Dorian por las Bahamas -indica Amayuelas-. Pero no lo está tanto en el caso de los desplazados porque la sequía ha agostado sus campos, como está ocurriendo en el Cuerno de África».

En cualquier caso, apunta el presidente de la federación de las oenegés españolas, «estamos viviendo una ecuación injusta, porque quienes menos han contribuido al calentamiento global mediante las emisiones de CO2 son quienes más están pagando sus consecuencias. El 1% más rico de la población del planeta multiplica por 175 las emisiones del 10% más pobre». Para la Congde, son razones de peso para unirse a la huelga del día 27.