El incendio y la evacuación de 13.000 niños y sus familias del campamento superpoblado de Moria, en la isla griega de Lesbos, tras un brote de covid-19, "es una señal de advertencia de las tensiones emergentes en los campos de refugiados de todo el mundo a medida que tienen que luchar contra los brotes del virus", advierte la oenegé World Vision. Esto, unido a los confinamientos, restricciones de movimiento y escasez de fondos de ayuda, podía convertir los campamentos en polvorines de frustración. Potencialmente, el virus puede afectar a 26 millones de refugiados en todo el mundo, el 85% de ellos alojados en países en desarrollo.