La meta de destinar el 0,7% del producto interior bruto a cooperación internacional es un estándar internacional que expresa el volumen de Ayuda Oficial al Desarrollo (AOD) que debe proporcionar un país desarrollado, midiéndolo como porcentaje (0,7%) de su riqueza total (RNB: renta nacional bruta).

La fijación de este objetivo fue adoptada por la Asamblea General de las Naciones Unidas, celebrada en octubre de 1970, como compromiso para todos los países económicamente avanzados.

Únicamente Suecia y Holanda llegaron a tiempo a la meta del 0,7%, siendo los primeros países en cumplir el objetivo, en 1975. En los años posteriores se unieron Noruega (1976), Dinamarca (1978), Finlandia (1991), Luxemburgo (2000) y, por último, Reino Unido (2013). En el 2005, los entonces 15 estados miembros de la UE asumieron el compromiso de alcanzar todos ellos, en el 2012, la meta del 0,7%; en el 2008 revisaron este objetivo, y decidieron retrasarlo hasta el 2015, fijando para el 2012 el objetivo intermedio de 0,56%. Todos estos objetivos se han incumplido.

En el año 2009, la AOD española alcanzó su techo (0,46% de la RNB), tras lo cual, con la crisis como pretexto, los gobernantes decidieron dar la espalda a la meta del 0,7%. En la actualidad, la AOD española apenas representa un 0,12% de su RNB, su nivel más bajo desde 1989.

El Gobierno de Aragón alcanzó en el 2010 su máximo, un 0,19%, y a partir del 2011 ha ido reduciendo su aportación de AOD hasta llegar a un 0,038% en el 2015, último dato del que disponemos. En los presupuestos del 2016, la DGA propuso un 0,049% (2.524.500 euros). Y para el 2017 quiere volver a aportar un 0,038% (2.106.027 €), 418.473 euros menos.

Estos recortes prácticamente desmantelan la política pública de cooperación, y no tienen comparación con ningún otro sufrido por ninguna política pública o partida presupuestaria.