El Festival Ecozine entregó el sábado 18 de mayo el Premio al Compromiso con el Medio Ambiente Berta Cáceres al Movimento dos Atingidos por Barragens (MAB) -Movimiento de los Afectados por represas, en portugués- que desde hace más de 20 años lucha en Brasil por los derechos de las poblaciones afectadas por represas. Andrioli recogió el Camaleón de este galardón. En su visita a Zaragoza, este miembro de la Dirección Nacional del MAB participó en una charla organizada por el Comité de Solidaridad Internacionalista, Fundación Mundubat y Coagret.

-El Movimiento de los Afectados por Represas (MAB) es un movimiento social que desde hace más de 20 años lucha en Brasil por los derechos de las poblaciones afectadas por presas. ¿Cómo surgió?

-La lucha surgió con más fuerza a finales de los 70 con la construcción de grandes presas como Itaipú, Sobradinho, Tucurui y el anuncio de muchas represas en la cuenca del río Uruguay, en la frontera con Argentina. Hasta 1989, los afectados se organizaban de forma local y regional hasta que se realizó el primer encuentro nacional, que constituyó una comisión provisoria, y decidió la construcción de un movimiento de carácter nacional. El MAB se oficializó el 14 de marzo de 1991 en un encuentro nacional en Brasilia, capital del país. Desde aquel momento, el Movimiento se ha ido fortaleciendo y ampliando el trabajo en casi todos los estados del país.

-Es un movimiento popular, reivindicativo y político. ¿A qué se dedica actualmente?

-El objetivo central del MAB es la construcción de una sociedad alternativa al capitalismo y un proyecto energético Popular donde la energía esté al servicio del pueblo y no de los grandes capitales trasnacionales y en el que los derechos de las poblaciones afectadas por las represas estén garantizados. Para alcanzar estos objetivos el movimiento organiza a los afectados desde las mismas comunidades, en las que los propios afectados se coordinan en el movimiento. Este tiene a su vez una coordinación nacional colectiva, coordinadores estaduales y regionales, y grupos de base. El objetivo es la lucha de resistencia contra las represas y la garantía de los derechos de justa reparación, indemnizaciones, recalentamientos, vivienda y salud cuando se construyen esos proyectos.

-¿Cuáles son los principales retos?

-Junto a trabajadores del sector energético, educación y pequeños agricultores construimos la Plataforma Obrera y Campesina del Agua y la Energía, que se articula para luchar por los derechos de los trabajadores del sector, los consumidores y también en defensa de las empresas estatales, para que los recursos provenientes de la producción de petróleo y energía sean invertidos en la educación y salud públicas, así como en proyectos de recuperación y desarrollo en comunidades afectadas. En los últimos tiempos, el MAB ha dedicado grandes esfuerzos en un mayor protagonismo de las mujeres afectadas.

-Uno de los episodios más trágicos fue la rotura este año de la presa de Brumadinho que causó la muerte de 165 personas, la desaparición de otras 182 y un gran número de heridos y afectados. ¿Qué sucedió?

-Colapsó una presa de desechos mineros, que enterró las oficinas de la propia empresa Vale y comunidades aguas abajo de la presa. Provocó más de 300 muertes y desapariciones y la destrucción total del río Paraopeba. Los fangos contaminados siguen avanzando lentamente por el río y pueden llegar hasta el río San Francisco, uno de los mayores ríos del país.

-El MAB organizó a los damnificados y reclamaron responsabilidades económicas y políticas. ¿Qué han conseguido?

-En varios lugares del país hemos conseguido impedir la construcción de hidroeléctricas por más de 30 años, como en el Valle de Ribeira en San Pablo, Itapiranga en Santa Catarina y algunas en la región oeste de Bahía. En otros lugares, donde fueron construidas las hidroeléctricas, conseguimos a través de la lucha indemnizaciones justas o reasentamientos de las comunidades, así como la garantía de casas y asistencia técnica, como son los casos de las presas de Itá, Machadinho, Dona Francisca y Salto Caxias, entre otras.

-Y el cambio en algunas leyes...

-Conseguimos la aprobación de leyes que protegen los derechos de los afectados en algunos estados como Río Grande del Sur y Minas Gerais, como consecuencia de los crímenes cometidos recientemente por las empresas en esa región. Además, actuamos en programas específicos que incentivan la producción de alimentos saludables y producción de energía a través de placas solares, siempre con el objetivo de que las poblaciones puedan permanecer en sus territorios. Para el MAB es una gran conquista también el gran reconocimiento nacional e internacional de nuestra lucha por los derechos de los afectados.

-¿Cuántos pueblos y personas se han visto afectados por la construcción de presas en los últimos años?

-No existen datos oficiales pero estimamos que son más de un millón de afectados y la mayoría no ha visto reconocidos sus derechos. En Brasil existen más de 24.000 represas construidas y si consideramos como potencialmente afectadas a todas las personas que viven próximas a ellas o hubiese un colapso (rotura) serían decenas de millones en riesgo.

-¿Cuántas personas forman el MAB?

-No hay un número exacto, pero aproximadamente medio millón de personas tienen relación directa o indirecta con el movimiento en Brasil.

-El movimiento es nacional y está organizado en 19 estados brasileños. ¿Qué apoyos tienen en el ámbito internacional?

-Estamos trabajando en la construcción de articulaciones internacionales específicas. Una de ellas es el Movimiento de Afectados por Represas en Latinoamérica (MAR), que venimos impulsando junto con movimientos de otros 14 países de América Latina desde el 2010. Hemos organizado encuentros continentales de afectados y aliados del MAR en América para septiembre y Europa para octubre. En África está previsto para abril del 2020. También tenemos contactos y apoyos de muchas organizaciones, entidades y fundaciones de solidaridad internacionales.

-¿Qué ha supuesto la concesión del Premio Berta Cáceres del Festival Ecozine?

-Para el MAB es una honra muy grande recibir este premio internacional. Nos ayuda mucho porque valora y reconoce nuestro trabajo y refuerza la certeza de que es justo y necesario. En la actual coyuntura brasileña, de ataques contra nuestro pueblo, sirve también para dar una mayor visibilidad y protección internacional a las poblaciones afectadas que son víctima de la brutalidad de las acciones de las empresas, y en varios casos hasta la muerte, como ha sucedido con varios de nuestros líderes. Legitima la lucha de los afectados por las rupturas de presas y la necesidad de cambio en las actuales políticas energéticas y ambientales en Brasil. Y por si todo esto fuera poco, el premio lleva el nombre de Berta Cáceres, una compañera entrañable a la que reivindicamos con mucho orgullo, ejemplo de dignidad y resistencia.