El 14 de marzo, el ciclón Idai golpeó Mozambique y Zimbabue inundando vastas extensiones de tierra, dejando a cientos de miles de personas sin hogar y destruyendo edificios, cultivos e infraestructuras.

En una catástrofe natural a gran escala como esta, la información sobre las carreteras que se pueden transitar, los niveles de las inundaciones y la evaluación de daños es esencial para que las organizaciones de ayuda humanitaria planifiquen la respuesta.

El caso de Mozambique no es excepcional. En el mundo existen áreas sin cartografiar, zonas de las que los mapas convencionales apenas bridan información. Algunas están inmersas en crisis humanitarias, sufren catástrofes naturales, conflictos o epidemias. En ellas habitan algunas de las personas más vulnerables del mundo.

Los mapas son una herramienta vital para que los equipos humanitarios puedan llegar hasta ellas, evalúen sus necesidades o rastreen la propagación de enfermedades. Sin embargo, la ausencia de cartas geográficas hace que en algunas zonas nuestros equipos carezcan de información precisa sobre caminos, aldeas o centros de salud.

Para llenar este vacío nació en el 2014 el proyecto Missing Maps, una iniciativa colaborativa puesta en marcha por Médicos Sin Fronteras (MSF), las Cruz Roja británica y estadounidense, y el equipo humanitario de OpenStreetMap. Missing Maps es un ejemplo de voluntariado digital, una especie de Wikipedia de los mapas que tiene como objetivo colocar (literalmente) en el mapa a las poblaciones más vulnerables para que las organizaciones humanitarias mejoren los datos y, por ende, la respuesta.

La fortaleza de Missing Maps se demuestra en la capacidad de movilización de personas de todo el mundo. Desde su nacimiento, más de 76.000 voluntarios han participado en mapatones y han cartografiado, a partir de ampliaciones de imágenes vía satélite, más de 38 millones de edificios y casi un millón de kilómetros de carreteras. Tras el impacto del ciclón Idai, los voluntarios ya han identificado 200.000 edificios y casi 17.000 kilómetros de carreteras en las áreas afectadas.

Es una muestra más de cómo la tecnológica colaborativa permite mapear, de forma rápida, sencilla y sin casi coste, las zonas geográficas donde las organizaciones humanitarias intervienen. Como hicieron los centenares de personas que, convocados por MSF, el Departamento de Geografía y Ordenación del Territorio de la Universidad de Zaragoza y Missing Maps, participaron, el pasado jueves 11 de abril, en 14 mapatones simultáneos en 13 ciudades. Zaragoza fue una de ellas.

En la iniciativa colaboraron universidades e instituciones públicas, colegios de geógrafos y de arquitectos, asociaciones y colectivos de mapas colaborativos y se cartografiaron áreas remotas en las que trabaja Médicos Sin Fronteras en Malí, Nigeria, República Democrática del Congo (RDC) y zonas damnificadas por el ciclón Idai en Mozambique.