La bandera arcoíris teñirá mañana de color las calles de numerosas ciudades del mundo para celebrar la diversidad y reivindicar los derechos de las distintas identidades y orientaciones afectivas y sexuales. Y Zaragoza no será una excepción. Pero en muchos otros lugares del planeta, enarbolar la enseña multicolor todavía puede suponer la muerte de su portador.

Los colectivos LGTBQI de Aragón, constituidos en la Plataforma 28 de Junio, celebran mañana la manifestación del Orgullo en la capital aragonesa. Lo hacen conscientes este es uno de los países del mundo con una legislación más avanzada en materia de derechos para las minorías sexuales. Pero dejando claro que España tampoco es el paraíso de la diversidad.

«Seguimos sufriendo opresión y violencia por nuestra identidad y expresión de género o nuestra orientación sexual. Por eso luchamos desde las disidencias sexuales, para transformar y hacer sociedades más libres para la vida de todas las personas», señaló este lunes Luisa Lahoz, representante del colectivo Towanda, en la presentación de la marcha del 28-J.

La plataforma convocante quiso que dejar clara la horizontalidad de su causa. «Por eso nos unimos también en las luchas por la libertad de todas las personas oprimidas por su procedencia, por ser mujer, por su físico, su cultura, su clase… Porque nuestro enemigo es común, es el sistema cisheteropatriarcal y capitalista que hace una sociedad donde se generan muchas vidas excluidas y discriminaciones».

Alejandro Sierra, de la asociación Somos, señaló que «queremos que todos nuestros barrios y pueblos sean espacios seguros, y que la gente no tenga que marcharse de sus lugares de origen a las grandes ciudades para poder vivir con libertad su identidad y su orientación sexual». Es decir, que la capacidad de amar libremente no se restrinja a quienes puedan permitirse vivir en un barrio de moda. Un extremo que, según la plataforma, debería ser recordado cuando se habla de la lucha contra la despoblación rural en Aragón.

Otra de las reivindicaciones que el colectivo sacará mañana a las calles es «la formación del profesorado en cuanto a delitos de odio y sobre mediación en conflictos», apuntó Erik García, presidente de Visión Trans. Y es que el colectivo de menores trans sigue sufriendo unas elevadas cotas de acoso escolar.

En este sentido, Nuria Vázquez, de Chrysallis, una asociación de familiares de menores trans, reclamó «el compromiso desde los ámbitos local, autonómico y estatal para que se realicen campañas de sensibilización social y del funcionariado».

Respecto de la formación de los trabajadores del Estado, la los cuerpos y fuerzas de seguridad cobra una especial importancia, ante las agresiones que sufren las personas LGTBQI. «Que una persona no tenga que dar explicaciones en una comisaría para que entiendan cuál es la realidad que viven muchas personas del colectivo en su día a día», deseó Alejandro Sierra.

En el Orgullo de este año también habrá un espacio para exigir que las políticas de salud se diseñen y apliquen teniendo en cuenta las necesidades de una población que es diversa en identidades y orientaciones afectivas y sexuales. Y «también que se aplique el pacto de Estado contra la discriminación de las personas que viven con VIH», agregó Sierra.

La manifestación no obviará el ámbito deportivo. Sergio Elipe, de la asociación Elaios, destacó la necesidad de que se garantice que los datos personales de las personas trans no sean transferidos a clubes y federaciones deportivas sin su consentimiento, como ahora ocurre, pese a que la legislación actual ya lo prohibe. Además, «los clubes deben permitir la participación de las personas en las categorías de acuerdo a su identidad de género, y respetarla también en espacios como los vestuarios». Estas y otras reclamaciones podrán escucharse mañana.