El turismo es un pilar clave para la conservación del patrimonio natural y cultural. Sin embargo, los impactos de la pandemia de covid-19 en este sector ya están poniendo en peligro los esfuerzos de conservación realizados por los países, según advierte la ONU. Y, una vez más, el impacto sobre la biodiversidad y los ecosistemas será particularmente crítico en los pequeños estados insulares en desarrollo, así como en los países menos adelantados.

El 7% del turismo mundial se relaciona con el turismo de vida silvestre, un segmento que crecía un 3% anual. En muchos destinos africanos, la vida silvestre representa hasta el 80% de las visitas, y en muchos países costeros, los ingresos del turismo también han financiado los esfuerzos de conservación marina.

El documento de políticas del Secretario General de las Naciones Unidas, António Guterres, titulado ‘Covid-19 y la transformación del turismo’ alerta de que la repentina caída de los ingresos del sector turístico ha cortado la financiación para la conservación de la biodiversidad.

Y, dado que los medios de vida están en peligro en las zonas protegidas, se teme que vuelvan a proliferar determinadas actividades ilegales como única forma de sustento para las comunidades que moran alrededor, y que hasta ahora vivían de la llegada de viajeros. “La caída de los ingresos ha provocado un aumento de la caza furtiva y la destrucción del hábitat en las áreas protegidas”, afirma Guterres, lo que también ha provocado un aumento del saqueo y el consumo de carne de animales silvestres.

Además, con el cierre del 90% de los sitios del patrimonio mundial como consecuencia de la pandemia, el patrimonio tanto tangible como intangible está en peligro en todas partes del mundo, tal y como teme la Organización Mundial del Turismo (OMT). Este cierre “ha privado a las comunidades de medios de vida vitales”, asegura el secretario general de la ONU.

Y entre ellas, las comunidades más afectadas están siendo los pueblos indígenas, cuyas expresiones culturales constituyen por sí mismas un gran atractivo turístico. Tradicionalmente marginados en sus sociedades, estos grupos humanos tienen en el turismo una fuente de ingresos que además les permite continuar vinculados a su tierra y sus tradiciones. De ahí la importancia de que la reactivación del sector tenga en cuenta la inclusión de estas comunidades.