Un año internacional promovido por la Organización de Naciones Unidas (ONU) es un mecanismo de cooperación destinado a concienciar sobre un tema de interés mundial. El 2019 está siendo el Año Internacional de las Lenguas Indígenas, con la finalidad de fomentar la adopción de medidas urgentes para preservarlas, revitalizarlas y promoverlas.

Se estima que de las 7.000 lenguas que se hablan en el mundo, el 40% podría desaparecer, siendo la mayoría lenguas indígenas. Otro dato impactante que refleja esta riqueza cultural es cómo el 96% de estas 7.000 lenguas apenas son habladas por un 3% de la población mundial. La lengua no es solo un medio de comunicación, sino una parte esencial de la historia, el arte, las tradiciones orales, la literatura y la visión del mundo.

Según datos de la ONU, existen 370 millones de indígenas en el mundo repartidos en unos 90 países. Tan solo en América Latina y el Caribe los pueblos indígenas representan alrededor del 10% de la población, unos 50 millones de personas, hablándose más de 560 lenguas diferentes entre México, Bolivia, Ecuador, Guatemala, Brasil, Perú, Colombia y Venezuela. La Amazonia es una de las regiones con mayor diversidad de pueblos indígenas (316 grupos).

Se estima que el 15% de las personas más pobres del mundo también son indígenas. Por tanto, la inclusión de los pueblos originarios es crucial para el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), siendo uno de sus principales propósitos el no dejar atrás a nadie, ni por sexo, etnia, cultura o localización geográfica, para que este desarrollo sostenible pueda ser más igualitario, equitativo y disminuir las marcadas diferencias existentes hoy en día.

eXPLOTACIÓN DESMEDIDA / América Latina arrastra una deuda social de discriminación y falta de oportunidades con los pueblos indígenas, lo cual se refleja en situaciones de pobreza, marginación y escasa participación en los procesos de desarrollo. Los pueblos indígenas presentan los menores indicadores socioeconómicos y laborales, un hecho que sin duda afecta las aspiraciones de desarrollo y cuestiona los beneficios del crecimiento económico reciente. Es necesaria la generación de propuestas que conlleven la superación de las barreras lingüísticas, geográficas y sociales que dificultan la participación de las poblaciones indígenas en la toma de decisiones. En cuanto a las mujeres indígenas se puede decir que se enfrentan a una triple discriminación: ser mujer, indígena y pobre.

El conocimiento tradicional de los pueblos indígenas como un todo desempeña un papel central en las acciones de mitigación y lucha contra el cambio climático. Las lenguas indígenas, así como los medios de vida, la cultura, los territorios ancestrales y los recursos naturales de estos pueblos continúan amenazados por la explotación desmedida de los recursos naturales que conllevan una desapropiación y un desplazamiento de estos pueblos originarios. El conocimiento y la visibilización de las problemáticas a las que se enfrentan ayuda a su desarrollo y conservación, colaborando en la preservación cultural, ya que todo lo que desconocemos en nuestra sociedad es considerado, directamente, una realidad no existente.