En los primeros 91 días de este año se han contabilizado 498 muertes o desapariciones de migrantes y refugiados en Mediterráneo. Solo en aguas españolas, hasta el 1 de abril habían fallecido 120 personas, frente a las 48 en ese periodo en el 2017.

Las oengés que forman parte del grupo de trabajo sobre desplazamiento global de la Federación Aragonesa de Solidaridad (FAS), junto con la Plataforma Ciudadana contra el Racismo, decidieron hace unas semanas convocar una concentración en Zaragoza por cada persona muerta en el Estrecho de Gibraltar tras cruzar el mar en busca de una vida digna.

«Muchas de las personas que intentan llegar a España o a Europa están desesperadas y buscan una vida segura y digna, tanto para ellas mismas como para sus familias. Para muchos, arriesgar sus vidas en embarcaciones precarias es la única opción para escapar de la injusticia, la violencia, los desastres y la pobreza», aseguran ambas organizaciones en un comunicado.

«Hasta ahora, los estados miembros de la UE han apostado por cerrar o externalizar sus fronteras. Pero esto no impide ni impedirá, por muchas vallas o muros que se construyan, que la gente continúe buscando seguridad, dignidad y una vida mejor. Al contrario, la falta de rutas seguras y regulares para llegar a Europa empuja a muchos a confiar en traficantes y aumenta el sufrimiento de las personas», continúa el comunicado.

Estas organizaciones exigen vías de tránsito seguras y legales para que la gente no tenga que arriesgar su vida para alcanzar suelo seguro.

Reclaman políticas económicas, fiscales, comerciales, medioambientales justas que contribuyan a reducir la pobreza y la desigualdad y garanticen el derecho a no tener que huir del propio país.

Exigen el cumplimiento de la legalidad internacional y los derechos humanos de todas las personas en movimiento.