Imagina. Colabora. Crea. Estas tres palabras están grabadas a fuego en la mente de la comunidad educativa del colegio zaragozano La Salle Montemolín. Son «los pilares del modo de trabajo de nuestro modelo educativo», señala la directora del centro, Burgo Gil. Y, a partir de ahora, también van a estar bien visibles para todo aquel que acceda a sus instalaciones, pues han quedado escritas en uno de los muros del patio.

Con motivo del Día Escolar por la Paz y la no Violencia, que se celebra cada 30 de enero, el alumnado de La Salle Montemolín estuvo enfrascado la semana pasada en la decoración de una pared de 50 metros. Ahí plasmaron, letra a letra, ese recordatorio que apela a la imaginación «para crecer y para llegar a ser lo que queramos y nos propongamos», apunta la directora; a la creatividad, para «construir algo nuevo y mejor entre todos»; y a la cooperación, para fomentar «el trabajo en equipo», añade Gil.

Los estudiantes no tuvieron que enfrentarse ellos solos al lienzo -en este caso, la tapia- en blanco. Contaron con la guía y el asesoramiento del voluntariado de la asociación aragonesa sin ánimo de lucro Believe in Art. Y partieron del diseño de uno de los artistas que colaboran con esta oenegé, Diego Nicolás, uno de los pioneros del grafiti en Aragón.

Aula por aula, todos los niños del centro, desde primero de Educación Infantil hasta cuarto de la ESO, fueron saliendo de sus clases para colaborar en la pintura de la pared. Ahora «ellos sienten que son parte de ese mural en su colegio, al haber participado en él», afirma Beatriz Lucea, una de las socias fundadoras de Believe in Art.

A cambio de su participación, todos los miembros de la comunidad escolar aportaron un euro para que esta oenegé pueda continuar con su labor, con la que se tratan de hacer más alegres las estancias hospitalarias, a través del arte. Un trabajo que los pequeños fueron conociendo a lo largo de la semana mediante distintas actividades.

Beatriz Lucea fue la encargada de agrader, en nombre de su oenegé, la donación del dinero recaudado por los niños. La ceremonia de entrega tuvo lugar el pasado viernes, en un acto que sirvió como colofón a toda una semana de actividades en torno a la paz, y en el que el grupos de alumnos actuaron ante sus compañeros. También se volaron globos y se soltaron unas simbólicas palomas.

Antes que Believe in Art, otras entidades sociales han sido beneficiarias de este premio que otorga La Salle Montemolín en la Semana de la Paz, que este año alcanzaba su edición número 33. Gesto por la Paz, Cáritas, Intermón Oxfam, Payasos sin Fronteras, la Casa de la Mujer, Donantes de Sangre, Unicef, ACNUR, Special Olympics... y así hasta 32 premiados han compartido ya su experiencia con este centro educativo aragonés.

Con esta iniciativa, el equipo docente de La Salle Montemolín pretende transmitir a los estudiantes «el valor de la solidaridad y el altruismo como camino para mejorar el mundo en el que vivimos», señala Burgo Gil.

La directora del centro también pone de relieve la importancia de que los alumnos puedan «ver cómo personas voluntarias colaboran con su talento de forma generosa. Y cómo, con un gesto pequeño, como es contribuir con un euro, y con la participación en la pintura de una pared del colegio, se pueden realizar acciones que mejoren la vida de otra gente».

Además, la Semana de la Paz pretende «fomentar el voluntariado y la concienciación de que todos estamos para mejorar el mundo en el que vivimos». En definitiva, se trata de transmitir «muchos de los valores que, en un día como el 30 de enero, se quieren poner en relieve», destaca Gil.

«Mostrar lo que el arte puede aportar nos encanta y los niños lo absorben todo enseguida», agrega Beatriz Lucea. Además, la colaboración de Believe in Art con los colegios «sirve para ayudar a que los niños conozcan a los artistas aragoneses, que con frecuencia nos acompañan, o al menos ven su trabajo. Y alucinan», concluye Lucea.