Entre el 2 y el 17 de noviembre, dos huracanes impactaron en Nicaragua, Eta, de categoría cuatro, e Iota, de categoría cinco, acompañados de vientos destructores de 260 kilómetros por hora. Iota es el evento meteorológico más potente que ha golpeado a Nicaragua desde que se tienen registros. Según los últimos datos ofrecidos por el ministro de Hacienda, Iván Acosta, los daños económicos andan por los 742 millones de dólares, equivalente al 6% del Producto Interno Bruto del país.

Sectores golpistas de Nicaragua, los mismos que en abril del 2018 pretendieron destruir la paz social, la institucionalidad democrática y el progreso económico y social que se venía construyendo desde el año 2007, en contubernio con algunas oenegés e instituciones occidentales, han iniciado una campaña de mentiras con el propósito de hacer pensar que el Ejecutivo de Nicaragua no está haciendo nada. Su manipulación de la realidad no tiene límites, les da igual el sufrimiento de la gente.

A diferencia de lo que ocurrió en 1998, cuando el Estado nicaragüense solo actuó después de que arrasara el huracán Mitch, ahora hay un Gobierno para el que la esencia del poder reside en el pueblo organizado, y su principal objetivo es el bienestar de la gente.

Desde varios días antes de la llegada de los ciclones, se activó todo el sistema de prevención. El Gobierno sandinista movilizó un contingente de 40.000 voluntarios integrantes de brigadas de rescate. Se garantizó la preparación de todos los hospitales. Se evacuó a 60.000 personas que vivían en zonas de riesgo, que fueron ubicadas en centenares de albergues seguros. En el momento de máximo peligro fueron movilizados más de cien mil brigadistas y se evacuó a 160.000 personas.

El proceso de reconstrucción de las comunidades es de mucho mayor alcance y ya se ha comenzado a restaurar el acceso a agua potable, energía, carreteras y telecomunicaciones, y a garantizar la seguridad alimentaria del pueblo y la producción del país. El Estado está gestionando recursos con organismos multilaterales para recuperarse del desastre provocado.

Queremos recordar que fenómenos como los ocurridos en Nicaragua y el resto de Centroamérica están estrechamente vinculados con el cambio climático provocado por la irracionalidad del desarrollo industrial en el capitalismo.

El Comité de Solidaridad Internacionalista de Zaragoza, en coordinación con otros comités de solidaridad con la revolución popular sandinista, lanzamos la campaña Solidaridad Internacionalista con Nicaragua. Estamos en contacto con Radio La Primerísima de Managua para ver dónde se enviarán los fondos recogidos. Será en alguna comunidad de la costa nicaragüense y lo haremos en coordinación con las autoridades locales del Gobierno de la región autónoma del Caribe Norte.

El Comité de Solidaridad Internacionalista de Zaragoza ha abierto en Ibercaja la cuenta corriente ES17 2085 0135 1703 0011 8505 para quien quiera o pueda hacer sus aportaciones, indicando «Huracán - Nicaragua».