«Ninguna tradición por encima de la razón» es la frase que acompañaba uno de los proyectos de sensibilización contra la ablación de Tareto Maa. El 6 de febrero se conmemora el Día Internacional de Tolerancia Cero con la Mutilación Genital Femenina. La Organización Mundial de la Salud reconoce como tal a todos los procedimientos que de forma intencional y por motivos no médicos alteran o lesionan los órganos genitales femeninos. Actualmente, 200 millones de mujeres y niñas viven mutiladas genitalmente en el mundo, y se estima que cada año son sometidas a esta práctica tres millones de niñas, dado que esta se practica durante la infancia y la adolescencia. Las regiones con mayor prevalencia se hallan en África, Oriente Medio, Asia y algunos territorios de América Central y América del Sur. Los efectos sanitarios, psicológicos y físicos que produce esta práctica son perniciosos a lo largo de toda la vida de estas mujeres.

La ONU afirma que la mutilación genital femenina es una violación de los Derechos Humanos de mujeres y niñas, y el Convenio del Consejo de Europa sobre Prevención y Lucha contra la Violencia contra las Mujeres y la Violencia Doméstica, y la Ley de Prevención y Protección Integral a las Mujeres Víctimas de Violencia en Aragón la reconocen como forma explícita de violencia contra las mujeres por razón de género.

El quinto de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) incluye como una de sus metas «eliminar todas las prácticas nocivas, como el matrimonio infantil, precoz y forzado y la mutilación genital femenina». Así mismo, varias organizaciones intergubernamentales, como la Asamblea General de la ONU, la Unión Europea, la Unión Africana y la lOrganización de Cooperación Islámica han pedido la eliminación de la mutilación genital femenina. Recientemente, algunos países como Sierra Leona la han prohibido, aunque no es ni el primero ni el único, pues la mayoría de los estados africanos ya lo habían hecho, y algunos como Kenia o Uganda disponen de legislaciones muy fuertes al respecto. Podemos afirmar que algo se está moviendo en el mundo, que el horizonte es nuestro, y que eso es esperanzador.

En Aragón, desde el 2016 disponemos del protocolo más avanzado de España en esta materia, una herramienta que pone el acento en la prevención y el trabajo con las familias para evitar que se produzcan estas prácticas nocivas para las mujeres. Somos conscientes de que en la mayor parte de regiones del mundo esta práctica está penada por la ley, pero todavía persisten tradiciones que es importante erradicar, dado que ninguna creencia o tradición puede sostenerse sobre la desigualdad o la violencia contra mujeres y niñas. Nuestro compromiso como Gobierno de Aragón es con la igualdad, la erradicación de la violencia contra las mujeres y la consecución del horizonte que nos fijan los ODS, con la finalidad de construir, entre todas y todos, un Aragón mejor.