-¿Cómo fueron los comienzos de YMCA en Aragón hace 30 años?

-Comenzó con mucha ilusión por parte de un grupo de voluntarios. La actividad fundamental era la gestión de los campamentos de verano y en el extranjero. Nos centrábamos en un colectivo de infancia y juventud muy concreto, de clases medias. Más tarde, estos voluntarios vieron la necesidad que tenían niños y jóvenes en riesgo de exclusión de recibir educación y acompañamiento a través de las actividades de ocio y tiempo libre.

-¿Cómo ha evolucionado la organización desde entonces?

-Hemos pasado de un equipo de tres personas a una plantilla de más de 120 empleados. Hemos ido evolucionando, cada vez con personal mucho más especializado. Hemos tenido muchos casos de éxito y muchas familias que han salido adelante. La organización también es un ejemplo de éxito. Los profesionales con los que contamos son los mejores, siempre acompañados por personas voluntarias que dedican su tiempo a tareas diversas. Siempre hemos tenido clara la visión de que el centro estaba en la ayuda a la familia y sobre todo a los jóvenes. Todo eso ha dado como resultado la variedad de servicios que tenemos ahora y con los que cubrimos todas las necesidades que puede tener una familia para llegar a final de mes.

-¿En qué momento se encuentra ahora la entidad?

-Estamos en un momento de conseguir mejorar nuestros programas para tener un impacto claro en la sociedad. Nuestros centros están a tope, tenemos mucha lista de espera, familias que en su mayoría proceden de servicios sociales con muchas necesidades. Cuantos más recursos y más alianzas generemos, más cosas importantes conseguiremos para todas estas familias.

-¿Qué retos tienen por delante?

-Nuestro reto como organización es ser cada vez más visibles y sensibilizar a la sociedad sobre el fracaso escolar. Acreditarnos como centro de FP Básica está dentro de nuestra estrategia, para poder dar otra oportunidad a los jóvenes de que terminen la Secundaria y acompañarles en un itinerario juvenil en el que, de los 12 a los 25 años, estén motivados y se conozcan a ellos mismos y la cantidad de capacidades que tienen. Queremos que aprueben y queremos que cada uno en su profesión, en su oficio o en su educación, sean los mejores y sean capaces de salir adelante de forma autónoma y responsable.