- ¿Cómo surgió Frena la curva?

-Tuvimos la idea el 12 de marzo en el Laboratorio de Aragón [Gobierno] Abierto (LAAAB), el proyecto de innovación social y participación del Gobierno de Aragón. Era un jueves, y todavía no sabíamos la dimensión que iba adquirir la crisis de la pandemia, pero sí sospechábamos que iba a traer una oleada de solidaridad muy grande y que necesitaríamos una herramienta adecuada para canalizar toda esa energía social que iba a brotar. Creo que lo hicimos bien y nos adelantamos a los acontecimientos. Al día siguiente nos dedicamos a montar una serie de alianzas con empresas, organizaciones sociales y activistas, hackers… Se trataba de que la plataforma fuera lo más abierta posible.

- ¿Cuál es el objetivo de esta iniciativa?

- La idea era crear un pull de empresas, activistas, organizaciones sociales y gobiernos para orquestar una acción frente a la crisis de la pandemia. El objetivo de Frena la curva es canalizar la energía social, la resiliencia cívica y la innovación social para que dar desde la sociedad civil una respuesta firme, pero lo más coordinada y cohesionada posible, complementaria a la estrategia del Gobierno.

- ¿Cómo una plataforma aragonesa dio el salto nacional y luego internacional?

- Enseguida empezamos a colaborar con laboratorios de innovación abierta de toda España. Y en apenas unos días había saltado a la escala internacional porque nos empezamos a relacionar con otros países de América. Con el virus, las fronteras no tienen sentido. Si generas una herramienta online, lo mismo te daba crearla para Aragón que para España que para todo el mundo hispanohablante.

- ¿Dónde llega ya la plataforma?

- Hemos clonado la herramienta en once países, estamos a punto de clonarla en cinco más, la mayoría en Latinoamérica (Argentina, Chile, Perú, Ecuador…), pero también en Francia o en Polonia. Ya tenemos canales en inglés y en francés. Ahora mismo estamos trabajando con Portugal, y quizá se una Marruecos, que será el primer país africano en hacerlo.

- ¿Cuánta gente hay implicada?

- Ya hemos recibido más de 200.000 visitas. La guía de iniciativas ciudadanas, que fue la primera herramienta, tiene ya 700 referencias categorizadas. Tenemos 6.000 chinchetas de oferta o demanda de solidaridad, más de 1.800 personas registrad as como activistas en el mapa, más de 800 personas registradas en el foro, y unas 800 también que participan en las comunidades online. Por ejemplo, hay un grupo de funcionarios con 250 miembros.

-¿Qué es la herramienta Frena la curva Maps?

-El mapa permite establecer cuatro tipos de chinchetas: la roja, para cuando tienes una necesidad; la naranja, para cuando existe una necesidad, pero la ayuda se reclama a través de un intermediario; la chincheta verde, para ofrecerte; y la chincheta azul, para anunciar un servicio público o comunitario. Cuando entras en el mapa se ven muchas chinchetas verdes porque muchas veces las rojas y las naranjas no dejamos ni que lleguen. Hay un equipo de veinte moderadores, la mayor parte de nuestro equipo del Gobierno de Aragón, pero también hay voluntarios que se apuntaron a través de las redes sociales. Lo que hacemos es intentar que las chinchetas de personas vulnerables nunca lleguen al mapa, por ejemplo, mayores solos. Esos casos siempre intentamos solucionarlos antes de que salgan al mapa. En todo caso hay chinchetas naranjas, de algún nieto, hijo o vecino que intercede por otra persona, y que siempre da su email, no el de la persona vulnerable.

- ¿Qué tipo de iniciativas se encuentran en el mapa?

-Hay un ejemplo muy bonito de alguien que pedía un cargador porque se está quedando sin batería, una persona sin hogar de Madrid. Alguien que aparecía en el mapa como chincheta verde (activado para ofrecer ayuda) dio la alarma y conseguimos llevarle una batería externa con cargador. Hay gente ayudando a hacer la compra a personas mayores, otras ayudando a instalar una aplicación para videoconferencias para que sigan las clases de los hijos, unas monjas que necesitaban mascarillas, las conseguimos y se las dimos…

- ¿Está el Gobierno de Aragón satisfecho con los resultados que está dando Frena la curva?

-Cuando salió estuvimos trabajando dos semanas sin decir que esto era del Gobierno de Aragón, porque participan muchas más empresas, activistas y organizaciones sociales. Hemos llegado mucho más lejos que si hubiéramos intentado capitalizar políticamente y con logotipos esta herramienta. Aquí el foco es lo que hacemos, no quiénes somos.

Es un gran ejemplo de innovación social y abierta en el que un gobierno entiende que la sociedad civil necesita herramientas para canalizar la participación y no se pone a fagocitarla ni a instruirla, sino a apoyarla, generando los cauces adecuados para que esa participación ciudadana sea libre y espontánea, pero también productiva, y multiplique el valor social, que es para lo que tenemos que estar los expertos y los técnicos.

-¿Qué aprenderemos de esta situación?

- Yo quiero pensar que de todo esto va a salir una sociedad mejor, que va a entender lo que significa la noción de lo colectivo y de lo público, y lo importante que es tener un estado robusto. Ahora estamos asesorando a compañeros de Latinoamérica, algunos de los cuales viven en países con estados más limitados que Europa, y pese a eso estamos teniendo muchas dificultades. Cuando salimos a aplaudir y nos vemos la cara con los de enfrente, con quienes jamás nos habíamos mirado a los ojos, ahora nos reconocemos como una comunidad, un conjunto de personas que comparten un mismo destino.