El secretario general de la ONU, António Guterres, hizo el vierenes una «llamada urgente» a los países miembros para recaudar 500 millones de dólares adicionales y paliar la crisis de desplazados en Siria a raíz de las tensiones entre Rusia y Turquía en Idlib, en el noroeste del país, a los que volvió a pedir un alto al fuego. Guterres detalló que, aunque en un principio habían calculado ayuda humanitaria para unas 800.000 personas en el noroeste de Siria, las nuevas estimaciones tras los últimos acontecimientos apuntan que hasta 2,8 millones de personas podrían requerir asistencia humanitaria. Casi 900.000 habitantes, la gran mayoría mujeres y niños, ya han huido tras los últimos combates «en las circunstancias más trágicas». Guterres manifestó asimismo que «cientos han sido asesinados, muchos han sido desarraigados varias veces, y los niños pequeños mueren de frío». «El derecho internacional y la protección de los civiles han sido sistemáticamente ignorados. A medida que el espacio para la seguridad se reduce, el potencial de sufrimiento humano empeora», sentenció.