Begue Thioye es la madre de uno de los niños con los que trabaja la Fundación Adunare, y que ayer se pusieron en las manos de los profesionales voluntarios de Ver para Crecer. Su hijo tiene 10 años y puede que, como su hermana mayor, de 15, necesite también usar gafas. Los dos pudieron revisar su vista.

Para la compra de las gafas de su hija, Begue recibió una ayuda del Ayuntamiento de Zaragoza, «algo que hoy por hoy es muy difícil de conseguir», apunta María Jesús Ruiz, directora de Adunare. Pero, como tanto Begue como su marido están ahora en el paro, en estos momentos no se podrían permitir comprar otras gafas para su hijo. «Por eso quisimos aprovechar esta oportunidad. Esta ayuda me vendrá muy bien».

La Fundación Cione Ruta de la Luz se apoya para realizar su labor en la capacidad tecnológica de la iniciativa Vision For Life, de Essilor, y en la experiencia de organizaciones locales que trabajan con población en riesgo de exclusión social, en este caso niños y niñas.

«Nosotros colaboramos con Caixa Proinfancia, y la Fundación Adunare también. Fueron ellos quienes nos pusieron en contacto, hicimos todos los preparativos, y aquí estamos», explicaba ayer Sara Calero, gerente de Ruta de la Luz.

«Trabajamos en distintos barrios de Zaragoza con familias» en situación o riesgo de exclusión «y abordamos diferentes itinerarios, por ejemplo, desde la infancia, a través de proyectos de prevención del fracaso escolar, hasta con sus padres, actuando sobre los problemas de empleo», señala Ruiz. «Para nosotros, Ver para Crecer no es una campaña puntual de gafas, sino una actividad más dentro de esos itinerarios y procesos de trabajo».

A la vez, este proyecto puede servir como «un estímulo positivo para aquellas familias que se están comprometiendo a participar en otras actividades que hacemos dentro del itinerario, como aquello que tiene que ver con la escolarización de los hijos, o con otras metas». Es decir que, para la Fundación Adunare, Ver para Crecer forma parte de un proceso integral mucho más amplio.